Un ciudadano chino y un empleado de un salón recreativo de Palma fueron juzgados ayer por estafa por presuntamente haber hecho trampas en las partidas de la máquina de la ruleta. Según la fiscalía, el asiático defraudó unos 5.000 euros en el local aprovechando que el sistema de seguridad de la máquina de apuestas estaba estropeado, por lo que jugó de forma ilimitada obteniendo grandes beneficios. Estos hechos habrían tenido lugar con la connivencia de un trabajador del salón de la zona de Blanquerna, que ayer negó los cargos. La fiscal pidió para ambos sendas penas de tres años de cárcel por estafa, o alternativamente, 18 meses por hurto. Las defensas solicitaron la libre absolución.

Los hechos ocurrieron hace dos años en Palma. El chino y un amigo supuestamente desenchufaban la máquina antes de cayera la bola al perder la partida y así se les devolvía el dinero. Luego, el camarero la activaba y así siempre ganaban sustanciosos premios.