Un masajista fue juzgado esta semana en Palma por presuntamente haber abusado sexualmente de una joven en su consulta en su propio domicilio en la ciudad a mediados de 2012. El quiropráctico, que se enfrenta a una petición de pena de dos años de prisión por parte de la fiscalía, negó los cargos de forma rotunda. El hombre, que trabajaba en un conocido centro de ocio en Palma y que a raíz de estos hechos fue despedido, alegó que nunca había tenido ningún problema con sus pacientes. El abogado defensor pidió su libre absolución.

El masajista imputado detalló que se limitó a hacer su trabajo y que estuvo más horas con la joven porque tenía "un problema más complejo y necesitaba más tiempo". La perjudicada explicó que, si bien no sabía en un principio que la sesión era de 45 minutos, al final estuvo en la consulta durante tres horas. Según su versión, le pareció excesivo y culpó al profesional de haberla sometido a tocamientos en sus zonas íntimas.

El sospechoso indicó durante el juicio celebrado esta semana en un juzgado penal de Palma que había realizado tratamientos similares a muchísimas mujeres y nunca tuvo problema alguno. "Es difícil de decir, quizá a 500 mujeres", añadió. El joven precisó que a su consulta acudían clientes de alto standing, aunque no todos eran de ese nivel. Según comentó, después de ser denunciado ha necesitado seguir un tratamiento por ansiedad, depresión y por problemas para dormir.

"Soy una persona con principios. No funciono como un quiropráctico que nada más llegar el paciente, manipulo, cobro y ya está. Ese tratamiento lo hice en mi domicilio y estábamos los dos solos en la consulta. La chica llevaba un bono para varias sesiones y no tuvo que pagar nada", manifestó el acusado. El joven también apuntó que la víctima pudo denunciarle por un móvil económico. Sin embargo, la joven no ha pedido ningún tipo de indemnización.

La perjudicada relató que acudió al masajista porque su madre le había dicho que era muy bueno y le tenía confianza. La joven explicó que estaba operada de espalda y que padecía dolores en esa zona y en el tobillo. Según su versión, ya de niña había ido a otros quiroprácticos. "El masaje duró tres horas. Primero me hizo fotos y me marcó varios puntos. En el tobillo me puso un parche que da calambres. Luego me dio un masaje en la espalda y también en las piernas", recordó la víctima.

La joven explicó que el hombre le pidió que se girara y que poco a poco le iba subiendo la toalla en la zona de los glúteos. "Me hizo un masaje en la barriga. Le dije que no me gustaba", aclaró. Según relató, luego le tocó los pechos y sus genitales. "Le dije ¿qué haces? Él me dijo vístete, es que estás muy buena, se me ha ido la cabeza", destacó la perjudicada.