La fiscal solicitará en el juicio 15 años de prisión por un delito de homicidio para Paulo César Martins Baptista y que pague 80.000 euros en concepto de responsabilidad civil subsidiaria a la familia de Abel Ureña, el joven al que supuestamente propinó un brutal puñetazo el 19 de agosto de 2011 en el hotel Ushuaïa de Platja d´en Bossa, en Eivissa, donde trabajaban ambos. La víctima falleció en el hospital después de 15 días de agonía. Todavía no se ha señalado una fecha para la vista oral, que se celebrará en breve en los juzgados de Palma, según informan fuentes judiciales. Un jurado popular decidirá el veredicto. La familia de Ureña tiene previsto personarse en esta causa y acusar a Baptista de asesinato.

Será la segunda vez que el exvigilante de seguridad del Ushuaïa se siente en el banquillo en poco tiempo. El pasado jueves lo hizo acusado por otra agresión cometida supuestamente el 28 de junio de 2011. La fiscal solicita en este caso un año y medio de prisión para Baptista por un delito de lesiones, por propinar supuestamente un puñetazo a un hombre que le fue a pedir trabajo como portero.

Además, cuando cumpla las condenas por los delitos cometidos en la isla, Baptista será extraditado probablemente a su país natal, Portugal, donde pasará seis años y tres meses más en la cárcel por su pertenencia a la Mafia da Noite. Fue condenado por formar parte de esta red de extorsión, trata de blancas y blanqueo de capitales en locales de ocio nocturno de Lisboa.

Fugado de la justicia

El hombre se escapó y en 2009 llegó a Eivissa, prófugo de la Justicia lusa. Dos años después consiguió trabajo, según él como jefe de los vigilantes de seguridad del Ushuaïa. Fue contratado con una identidad falsa. En el NIE que presentó figura que José Pereira Sousa (en realidad Baptista) nació el 16 de marzo de 1978 en Costa da Caparica y que su residencia estaba fijada en Lumiar, otra freguesia (barrio) de Lisboa.

Joe, como le conocían sus compañeros y amigos, es un experto en Valetudo, una modalidad de combate originaria de Brasil donde los luchadores pueden utilizar cualquier arte marcial o deporte de contacto.

El 19 de agosto de 2011 a medianoche discutió con su compañero de trabajo, Abel Ureña Zafra, que tenía 28 años y era natural de Rubí (Barcelona). Las cámaras de seguridad registraron la agresión, ocurrida en una zona habilitada para los trabajadores en el interior del complejo. Al parecer, Baptista le propinó un tremendo puñetazo. El joven, que trabajaba de camarero, cayó al suelo y se golpeó en la cabeza. El 3 de septiembre falleció después de permanecer 15 días en coma inducido en una clínica privada.

El suceso causó gran conmoción en la isla. Los amigos y familiares organizaron varias manifestaciones y concentraciones de protesta y fundaron la asociación contra la violencia ´Yo estoy con Abel´. Mientras tanto, Baptista había conseguido escapar de Eivissa.

El 19 de noviembre de 2011, tres meses después de la agresión, la Guardia Civil concluyó una laboriosa investigación y un grupo de élite de la Policía holandesa arrestó al presunto agresor en Alkmaar, una ciudad situada a 42 kilómetros de Amsterdam.

Una vez que fue extraditado a España, el juez de guardia decretó el ingreso en prisión sin fianza de Baptista, que lleva año y medio recluido en el centro penitenciario de Palma. El jueves pasado, en el juicio en el que fue procesado por otra agresión, declaró desde una sala de la prisión mediante una videoconferencia.