Una semana antes de perder su vivienda decidieron acabar con sus vidas. Los cadáveres de una pareja de jubilados catalanes residentes en Cas Català (Calvià) aparecieron ayer en su domicilio, al parecer tras suicidarse juntos con la ingesta masiva de medicamentos. Un hijo del matrimonio, que vivía con ellos, les encontró acostados en la cama. Junto a ellos había una carta en la que explicaban que habían decidido matarse porque iban a ser desahuciados el próximo día 19, así como diversos documentos relativos al caso y numerosas pastillas que no llegaron a ingerir.

Los cuerpos sin vida de Pedro T.S., de 68 años, y Jovita R.A., de 67, fueron descubiertos ayer sobre las dos de la tarde por uno de sus hijos, que vivía con ellos en un piso de la calle Barranc, 36. Estaban acostados en la cama sin señales aparentes de violencia, por lo que inicialmente se pensó que podrían haber sido víctimas de un escape de gas. Al lugar acudieron dotaciones de los bomberos, que descartaron que hubiera ningún gas tóxico, mientras que el personal del 061 confirmó las defunciones. Al parecer llevaban varias horas muertos.

Al lugar acudieron agentes de la Policía Local de Calvià y de la Guardia Civil. Estos últimos se hicieron cargo de la investigación para determinar las circunstancias de los fallecimientos.

En la casa, junto a los cadáveres, aparecieron numerosas pastillas de medicamentos. También había una carta escrita con ordenador, en la que explicaban que habían decidido quitarse la vida voluntariamente ya que iban a ser desahuciados el próximo día 19 a causa de una deuda que mantenían con una entidad bancaria.

Los cadáveres fueron examinados por un médico forense. A falta de la conclusión de la autopsia, que se realizará previsiblemente hoy, los investigadores daban credibilidad a la carta y apuntaban a que la muerte habría sido provocada por una ingesta masiva de medicamentos.

Algunas fuentes indicaron a que la deuda que los dos fallecidos tenían con el banco era de unos 60.000 euros, muy por debajo del valor estimado de la casa en la que residían, una vivienda de tres plantas en una zona de clase media-alta en Cas Català, próxima al límite entre los términos municipales de Calvià y Palma.

Según las primeras investigaciones, aún provisionales de la Guardia Civil, el matrimonio poseía una tienda de muebles de diseño en Barcelona. Al parecer en los últimos tiempos habían tenido serios problemas económicos, que les habrían llevado a solicitar una hipoteca sobre su casa, que no habían podido pagar. Sin embargo, familiares de los fallecidos comentaron que en ningún momento pensaban que pudieran quitarse la vida.