El hospital de Son Espases vivió ayer un particular ajuste de cuentas. El servicio de Cardiología del centro de referencia fue escenario de una batalla campal que iniciaron los familiares de una paciente que falleció al poco de llegar al hospital debido a un infarto. Al conocer la noticia, los acompañantes de la víctima, de etnia gitana, iniciaron los altercados en el departamento, causando heridas a tres facultativos y a una enfermera de la unidad y provocando destrozos en el mobiliario. La brutal refriega provocó la cancelación del servicio de Cardiología, ya que los médicos se encontraban demasiado nerviosos para atender a sus pacientes.

Los disturbios comenzaron a las 13.00 horas. El detonante fue una trágica noticia: Los agresores estallaron en un ataque de ira cuando les fue comunicado el fallecimiento de una pariente, que había ingresado una hora antes debido un ataque al corazón. Los médicos nada pudieron hacer por salvar su vida. Poco pudieron hacer los facultativos también por contener la rabia y el dolor de sus acompañantes, que estallaron provocando una revuelta en todo el departamento.

Cancelación de pruebas

Los allegados de la fallecida, entre 25 y 30 personas, iniciaron acto seguido un linchamiento contra todo lo que se interpuso en su camino, ya fuera personal sanitario, pacientes o el mobiliario de la sala. Así las cosas, la gente que aguardaba su turno para realizarse una prueba o ser atendida por su médico tuvo que ser desalojada de la estancia. En el momento del motín la sala estaba llena de pacientes que esperaban a ser atendidos.

Tres facultativos de Cardiología y una enfermera recibieron alguna de las patadas y puñetazos que sorteaban los familiares de la víctima, si bien las heridas que sufrieron eran leves.

Los allegados de la fallecida lograron encerrar a uno de los doctores en una habitación, donde le despacharon a gusto su ración de palos.

Tampoco el mobiliario del departamento se libró de la estampida. Los agresores la emprendieron a golpes con todos los objetos de la estancia e incluso llegaron a romper alguna puerta.

El servicio de Seguridad de Son Espases se vio desbordado por los acontecimientos y poco pudo hacer para contener a la turba.

Identificación

Al poco tiempo, al lugar se desplazaron varios coches patrulla de la Policía. Los agentes sacaron a los alborotadores fuera del hospital, donde procedieron a su identificación y a informar al juzgado de lo ocurrido.

Los policías optaron por no detener a los agresores para evitar nuevos enfrentamientos. Así pues, corresponderá a los galenos decidir si presentan o no denuncia por lo ocurrido.

Pese a la agresividad de los atacantes, nadie sufrió lesiones de gravedad durante el suceso. No obstante, el tumulto provocó la el cierre del Servicio de Cardiología. Todas las pruebas y visitas con los especialistas quedaron canceladas. Los médicos se negaron a seguir adelante con la programación para la jornada debido al estado de nerviosismo y confusión en que les había sumido la contienda.