La fijación de un delincuente era sustraer el coche de sus víctimas. Aunque para ello tuviera que forzar una taquilla en la UIB o irrumpir en una clínica palmesana. Tras su enésimo golpe, el juez ordenó su ingreso en prisión.

Como adelantó ayer DIARIO de MALLORCA, el delincuente fue detenido después de un hurto en un hotel de la Playa de Palma. También robó el bolso y se hizo con un coche estacionado en la calle Acapulco.

Agentes del Grupo de Investigación Oeste se hicieron cargo del caso. Las pesquisas apuntaban a que se trataba de un mismo individuo. Las enfermeras de la clínica palmesana encontraron sus bolsos en los aseos. Les faltaban las llaves del coche. Otro tanto ocurrió después de que el delincuente, de 22 años, reventara una taquilla de la UIB.