Un joven fue juzgado ayer en Palma por un delito de lesiones con deformidad por haber causado heridas a otro ciudadano tras propinarle un botellazo en la cabeza en un bar de la ciudad a finales de 2011. El imputado, para quien el fiscal reclamaba una pena de tres años de prisión mientras que la letrada de la acusación particular Dolores Puertas solicitaba cuatro años y medio de cárcel, negó los cargos de forma insistente. Según su versión, en ningún momento le golpeó en la frente con una botella, sino que ambos forcejearon durante una pelea. De poco le sirvieron sus explicaciones, ya que la magistrada lo tuvo claro y, al final de la vista oral, le condenó ´in voce´ a un año y medio de prisión.

La jueza dictó sentencia tras considerar al sospechoso responsable de un delito de lesiones. Además del año y seis meses de cárcel, le impuso una indemnización de 1.700 euros para el perjudicado y otros 300 para la mujer de la víctima por los golpes que recibieron. Al joven que fue atacado con la botella le ha quedado una cicatriz en la frente como secuela.

Los hechos enjuiciados se remontan a la madrugada del pasado 20 de noviembre de 2011 en un bar de Palma en el que se hallaban la víctima, su pareja y varios amigos. Según explicó el perjudicado, fue atacado de forma sorpresiva por el imputado, que es el exmarido de una prima suya. "No hubo ninguna pelea en la discoteca. Fue una agresión. Yo estaba sentado con mi mujer y unos amigos y, de repente, noté un fuerte golpe en la frente. Me pegó un botellazo. Yo ni siquiera le vi. Sentí el golpe y caí al suelo inconsciente", manifestó ayer el afectado.

"Luego reaccioné al escuchar los gritos de mi mujer. Ella estaba siendo agredida y pateada. Entonces, me abalancé sobre él para proteger a mi esposa", prosiguió el joven de origen boliviano.

Su pareja confirmó su versión. La mujer explicó que, tras la agresión con la botella, quedó muy "impactada". "Me llevé un gran susto. Empecé a gritar hasta que luego mi esposo me defendió", aseguró ante la sala.

Por su parte, el acusado negó haber propinado un botellazo en la cabeza al hombre. El sospechoso indicó que esa noche se hallaba en la discoteca con una amiga y que fue advertido de que le estaban fotografiando. Al comprobar que se trataba del primo de su exmujer, se aproximó a él para recriminarle su comportamiento, según su versión. Luego, regresó a su mesa y entonces se acercó el perjudicado de forma amenazante, por lo que ambos empezaron a pelear y se intercambiaron golpes, cosa que negó la víctima.