Un joven senegalés fue juzgado ayer en Palma por presuntamente haber abusado sexualmente de una mujer cuando entraba en una finca de la ciudad y se hallaba en el ascensor una noche de mayo de 2010. El sospechoso negó con rotundidad los cargos y destacó que se trataba de una equivocación. "Yo no he hecho nada", insistió en el turno de la última palabra.

La fiscalía solicitó para él una pena de dos años de cárcel por un delito de abusos sexuales. Mientras, su abogado defensor reclamó su libre absolución al argumentar que era inocente y que se habían confundido de persona. Según el letrado, la prueba de cargo es muy débil y la víctima había dudado en su declaración. Sin embargo, la fiscal apuntó que la perjudicada había reconocido al imputado en la sala "sin dudar". "No se le ha olvidado su mirada", indicó. Los hechos ocurrieron el 19 de mayo de 2010 por la noche cuando la víctima sufrió tocamientos en sus zonas íntimas. Dos testigos dijeron que el acusado estaba con ellos.