La Audiencia de Palma ha condenado a una pareja por apoderarse de más de 600 kilos de cobre y multitud de herramientas tras irrumpir en una subestación eléctrica situada entre Calvià y Puigpunyent a mediados de 2006. Además de perpetrar el robo del material, los dos acusados también traficaban con sustancias estupefacientes. La Guardia Civil se incautó en su domicilio, tras un registro, de diversos envoltorios con varios gramos de éxtasis. Según la fiscalía, la droga intervenida estaba preparada para su distribución y venta a terceros.

Los dos imputados se declararon ayer por la mañana culpables de un delito de robo con fuerza y otro contra la salud pública y aceptaron una condena de dos años de prisión y otra de un año y nueve meses de cárcel. El tribunal de la sección primera apreció la circunstancia atenuante de dilaciones indebidas y la de reparación del daño en la mujer, ya que ha aportado 2.000 euros en el procedimiento. Por eso, la sospechosa fue condenada a una pena inferior.

Un tercer implicado en el caso no compareció en el juicio celebrado ayer por la mañana en la Audiencia y la sala acordó su busca y captura e ingreso en prisión.

Los hechos se remontan a la madrugada del pasado 26 de mayo de 2006 cuando la pareja se dirigió a la subestación eléctrica denominada Valldurgent, ubicada en el kilómetro 5,2 de la carretera de Calvià a Puigpunyent, y con un instrumento similar a una cizalla rompió la valla metálica que cercaba el recinto. Una vez dentro de la instalación, los imputados forzaron una puerta de acceso y robaron dos bobinas de cobre desnudo de 300 y 321 kilos respectivamente, otras dos bobinas de bloqueo y varias herramientas.

Parte de los efectos fueron recuperados. El resto está valorado en más de 5.000 euros. Días después, el 31 de mayo, los investigadores registraron el domicilio de la pareja y allí descubrieron pequeñas cantidades de éxtasis preparadas para su venta a terceros.