Las actuales órdenes judiciales de alejamiento dictadas contra trileros y carteristas en la Playa de Palma tienen un precedente inmediato en un juicio de faltas celebrado el año pasado. Los propietarios de una tienda de souvenirs denunciaron el hostigamiento y amenazas que sufrió a manos de un grupo de trileros que montaron el tenderete ante su puerta.

La jueza dictó una orden de alejamiento de 500 metros para el cabecilla del clan. Un año después, el pasado mes de agosto, la Policía Local detuvo a 13 personas de esta familia. El juez decretó la prohibición de acercarse a esa misma distancia de la primera línea de la Playa de Palma, donde realizaban su actividad.

La asociación de Vecinos de la Playa de Palma formó una parte activa en la denuncia de estos casos. Así, varios vecinos, miembros de esta entidad, denunciaron la existencia de hasta 28 carteristas en el Balneario uno.

La Policía Local y el Cuerpo Nacional de Policía iniciaron una investigación para determinar de quiénes se trataba. Los vecinos identificaron, sin ningún género de dudas, a cinco carteristas. Todos ellos fueron puestos a disposición judicial. El juez decretó una orden de alejamiento de hasta tres kilómetros del lugar que había constituido su ámbito de actuación en los últimos tiempos.