La Guardia Civil sospecha que el asalto a mano armada ocurrido el pasado viernes en un chalé en Costa d´en Blanes (Calvià), en el que sus dos moradores fueron agredidos y maniatados con bridas, no es obra de ladrones profesionales. Este mismo domicilio fue atracado en agosto de 2011 por una banda de delincuentes especializados que iban armados con subfusiles de asalto y que el día anterior habían irrumpido en la mansión de una conocida empresaria de la isla en la urbanización Puig de Ros (Llucmajor).

A diferencia del primer hecho en el que los cacos consiguieron hacerse con un botín de unos 700 euros tras amordazar y atar al dueño del inmueble, en esta ocasión, los dos encapuchados, que actuaron a punta de pistola y navaja, se dieron a la fuga a toda prisa sin ningún tipo de botín. Según las primeras pesquisas, la pareja no había planificado el golpe con antelación y se vio desbordada por la situación. Al parecer, ambos se mostraron muy nerviosos e improvisaron al toparse con los dos moradores de la casa, con quienes forcejearon y al final agredieron hasta maniatarlos con bridas.

Los dos ladrones, ataviados con pasamontañas, supuestamente llevaban mucha prisa y se sospecha que habían ido pasando de una propiedad a otra saltando por varias vallas, aprovechando que en esta época no suelen estar habitadas las viviendas. Pero, sobre las ocho menos cuarto de la mañana del viernes, se toparon con una mujer que acababa de desconectar la alarma de su chalé. Los cacos se abalanzaron sobre ella, le taparon la boca para que dejara de gritar, la redujeron y maniataron. Luego, forcejearon con su pareja, al que golpearon y causaron magulladuras. El hombre logró escapar para pedir ayuda, pero, al regresar, ya habían huido los dos sospechosos. La Guardia Civil acudió al lugar e inició la búsqueda de los cacos.

Tras el primer asalto de 2011, se había reforzado la seguridad del chalé. La casa contaba con grandes medidas e incluso con una habitación del pánico para refugiarse.