La Audiencia Provincial ha confirmado la condena a un año de prisión para un vigilante de seguridad de Son Sant Joan por quedarse 200 euros y el teléfono móvil de la mochila que un pasajero olvidó recoger de la bandeja tras pasar el control. El acusado vendió después el aparato por 300 euros, aunque la Policía logró recuperarlo.

Los hechos ocurrieron en la mañana del 6 de junio de 2008, cuando el acusado trabajaba en los filtros de seguridad para acceder a las puertas de embarque del aeropuerto y, tras descubrir que la víctima no había recogido sus pertenencias, se adueñó de ellas. Un juzgado de lo penal de Palma le impuso un año de prisión por un delito de hurto y absolvió a dos hombres acusados de receptación por comprarle el móvil robado.