Dos jóvenes magrebíes han sido condenados por agredir a un vigilante de seguridad del tren en la estación Intermodal de Palma. La jueza de refuerzo del Juzgado de Instrucción número 3 condenó a los agresores a una multa de 150 euros por una falta de lesiones dolosas y seis meses de alejamiento a más de 100 metros de distancia.

Los hechos ocurrieron sobre las doce del mediodía del 22 de septiembre de 2011. El vigilante Jaume Esteva, acompañado por su perro, cogió el tren en Lloseta y se dirigía hacia Palma.

En uno de los vagones viajaba un grupo de jóvenes magrebíes. El vigilante les recriminó que llevaban la música del móvil muy alta y estaban molestando a los pasajeros. "Les llamé la atención en tres ocasiones y no me hicieron caso. Otros pasajeros ya les habían recriminado antes", subraya Esteva.

Los jóvenes hicieron caso omiso a los requerimientos del vigilante y de los pasajeros. De hecho, a partir de Marratxí se envalentonaron aún más. El convoy no hacía paradas hasta Palma y sabían que ya no les podían echar del tren.

En un momento dado, Redwane B. propinó un fuerte manotazo al vigilante que le instó a que bajara el volumen del teléfono móvil. Al llegar a la estación Intermodal y apearse del tren, el grupo esperó al guarda.

Redwane y Daniel ya habían protagonizado otros incidentes con otros vigilantes de seguridad de la línea ferroviaria. Los agresores esperaron a que Jaume Esteva se bajara del tren, le insultaron y le amenazaron con cortarle el cuello. Tras propinarle una serie de golpes, le tiraron al suelo.

"De pronto, un grupo de siete u ocho se me echaron encima. Tuve que sujetar al perro para que no se lanzara sobre ellos", recuerda Esteva. Varios pasajeros se interpusieron para evitar que siguieran agrediendo al vigilante. Los numerosos golpes que recibió provocaron al guarda múltiples erosiones por todo el cuerpo de las que tardó cuatro días en sanar.