El presidente y consejero delegado de la compañía naviera Costa Cruceros, Pier Luigi Foschi, admitió ayer que el naufragio del crucero Costa Concordia se debió a un "error humano" del capitán, el comandante Francesco Schettino, actualmente detenido, "quien no respetó el reglamento".

En declaraciones realizadas en Génova, donde tiene su sede la naviera, Foschi agregó que "darán asistencia legal al comandante", pero reiteró que no pueden negar "que se trató de un error humano".

"Estamos ante una tragedia de proporciones importantes", dijo el consejero delegado de Costa Cruceros sobre el naufragio del pasado viernes frente a las costas de la isla italiana del Giglio, en el mar Tirreno, y en el que habían fallecido hasta ayer seis personas y y otras dieciséis seguían desaparecidas.

Sobre la maniobra que realizó Schettino al acercarse a la costa de la isla de Giglio y que causó que el crucero impactase contra un escollo, Foschi aseguró que "no había sido aprobada, ni autorizada por Costa".

Según el máximo responsable de la naviera, solo una vez, el 9 de agosto de 2001, un crucero de la compañía había pasado delante de la isla, con motivo de la fiesta de San Lorenzo, y el cambio de ruta había sido autorizado tanto por Costa Cruceros como por la Capitanía del puerto de la localidad.

"El comandante tomó por iniciativa propia una decisión contraria a nuestro reglamento, que está escrito y certificado. Nuestra posición no es la de tomar distancias, si no la de disociarse completamente de esta conducta que ha causado el accidente", agregó Foschi. Por ello, Foschi explicó que aunque aún no han estudiado algún tipo de acción legal, la naviera "se considera parte afectada" de este siniestro y confió en que "la reputación de la compañía quede restablecida".

Sobre los testimonios de los náufragos de que el capitán, que trabajaba en la naviera desde hace once años, abandonó la nave apresuradamente y sin prestar ayuda, el presidente de Costa Cruceros aseguró que otras declaraciones apuntan a que "el comandante hizo lo que debía".

"Todos los miembros de la tripulación se han comportado como héroes. Han actuado en una situación de nocturnidad y con el barco inclinado. La inclinación del barco no permitió bajar las lanchas, pero incluso en ese estado fueron evacuadas 4.000 personas en dos horas", dijo Foschi ante las críticas de falta de asistencia a los pasajeros por parte del personal. Foschi añadió que la prioridad ahora es la búsqueda de las 16 personas dadas por desaparecidas, así como la extracción de las cerca 2.300 toneladas de carburante. Luego los remolcadores se ocuparán de llevar al barco a un lugar seguro para las tareas de desguace.