Una mujer aseguró estar sometida a un continuo acoso por parte de su exmarido con continuos mensajes amenazantes. La Policía comprobó que, en realidad, era ella misma la que se enviaba los textos para intentar culpar a su exesposo.

Tras recibir una denuncia por supuestas amenazas de muerte, agentes del Servicio de Atención a la Familia (SAF) del Cuerpo Nacional de Policía se encargaron de investigar lo ocurrido.

La mujer había solicitado una orden de protección contra su exmarido y aseguraba que estaba tratando de amedrentarla. Todas las comunicaciones eran a través de mensajes de texto.

En primer lugar, los policías comprobaron que el teléfono desde el que se emitían dichos mensajes correspondían a cabinas telefónicas. Gracias a esta artimaña, el emisor trataba de pasar desapercibido. No obstante, la mujer aseguraba sin ningún género de dudas que el remitente de los SMS era su exmarido.

A continuación, los agentes del SAF se entrevistaron con el exmarido para determinar si era él el autor de los mensajes de textos amenazantes. El comportamiento de su exesposa no sorprendió en absoluto al hombre. De hecho, acreditó con todo lujo de detalles el lugar donde se encontraba en el momento en que habían sido enviados dichos SMS.

Los agentes del SAF comprobaron que la coartada del exmarido era lo suficientemente sólida para descartar su participación en la redacción de los mensajes. Acto seguido, los policías prosiguieron con las pesquisas y verificaron que era la mujer la que había enviado los mensajes.

De hecho, los policías comprobaron que esta mujer ya había denunciado con anterioridad a su exmarido por un supuesto robo con fuerza. Los agentes comprobaron que era falso.