Ramón Llabrés integra una de esas minorías de hombres maltratados. Hasta el punto de que ha llegado a compartir terapia con mujeres víctimas de la violencia machista. Pese a que las sentencias han condenado una y otra vez a su exesposa, Ramón se siente maltratado también por el sistema. "Me molesta que no crean en ti solo por ser un hombre. Un fiscal me dijo que no se creía que no me hubiera defendido", asegura.

Pese a una retahíla de sentencias abrumadoramente desfavorable hacia su exesposa, Ramón se indigna al ver que tiene que pugnar por la custodia del hijo que tienen en común. "Mi exmujer me ha maltratado, pero yo me tengo que ganar la custodia. A ella se la dan en bandeja".

Su exesposa y el actual compañero de su exmujer acumulan una serie de denuncias por malos tratos contra Ramón. Lesiones, incumplimiento del régimen de visitas o daños en la que era su vivienda son algunos de los motivos por los que ella ha sido condenada por los tribunales.

Así, el juzgado de lo penal número 3 de Palma condenó el 19 de octubre de 2010 a su exmujer como autora de un delito de lesiones en el ámbito familiar a una pena de tres meses y 15 días de prisión. También le prohibía acercarse a Ramón Llabrés a una distancia inferior a 300 metros por un periodo de dos y seis meses. La resolución judicial también le impedía a su exmujer comunicarse con él por cualquier medio verbal, escrito, telefónico, correo electrónico, mensaje de texto o por "cualquier otra posibilidad informática o telemáticamente posible en la actualidad".

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