El polvorín de Son Gotleu saltó ayer por los aires. La muerte de madrugada de un nigeriano de 32 años que cayó al vacío desde un quinto piso fue la chispa que prendió la hoguera y convirtió la barriada en territorio comanche. Una enfurecida masa de africanos, que culpa a un clan gitano de estar tras el fallecimiento de su compatriota y reclama "justicia" pese a que la Policía apunta a una caída accidental, provocó graves disturbios en la barriada durante toda la noche y parte del día. Destrozaron decenas de coches, quemaron contenedores y se enfrentaron a pedradas con la Policía, que cargó con material antidisturbios varias veces contra ellos y arrestó al menos a cinco personas. El clima de tensión racial hace temer a los agentes una espiral de violencia.

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