Un juzgado de Palma condenó ayer a dos jóvenes a penas que suman cuatro años y medio de cárcel por cometer cinco robos en comercios, un domicilio y un coche en el centro de la ciudad. Los sospechosos, que confesaron ser los autores de los hechos, rompieron cerraduras, escaparates o verjas para tratar de acceder a los locales.

Uno de los imputados, que cuenta con antecedentes y ha sido condenado en otras ocasiones anteriores por hechos similares, se declaró responsable de dos delitos de robo con fuerza, uno de ellos en grado de tentativa. Aceptó dos años de prisión y ayer quedó en libertad. El ladrón actuó el pasado 17 de marzo cuando se dirigió a una inmobiliaria de la calle Apuntadors. Tras fracturar la verja de acceso, se apoderó de dos ordenadores. Días después, rompió el cristal de un coche, Peugeot 205, pero no pudo llevarse nada porque fue sorprendido por la Policía.

Por su parte, el otro acusado admitió ser culpable de tres robos, dos de ellos en grado de tentativa, y fue condenado a dos años y medio de cárcel. El joven rompió el escaparate de una conocida tienda de la calle San Nicolás el pasado 17 de marzo, pero no consiguió ningún botín. Esa noche volvió a intentarlo en otro comercio. Tres días después, desvalijó un piso de la calle Apuntadors.