Un hombre se enfrenta a una pena de diez meses de prisión por haber matado a su perro, al que dejó de alimentar y golpeó en la cabeza antes de arrojarlo a un contenedor en Santanyí. Según la fiscalía, el procesado decidió deshacerse del can, un podenco ibicenco que falleció por la desnutrición y la agresión, porque ya no le servía para cazar. El ministerio pública le imputa un delito de maltrato a animal doméstico y el juicio se celebrará en un juzgado de lo penal de Palma en las próximas semanas.

El acusado, de 69 años, es aficionado a la caza y reside en Santanyí. Durante casi una década se sirvió de un podenco ibicenco llamado Trui para que le ayudara en esta práctica. Sin embargo, siempre según el relato de la fiscalía, cuando el animal envejeció y mostró síntomas de debilidad, el hombre decidió deshacerse de él al entender que ya no le servía para cazar.

Desnutrido y apaleado

Así, hace ahora un año el acusado dejó de alimentarlo debidamente. En unos días, el perro quedó desnutrido y en estado raquítico. Parece ser que ante el deplorable estado que presentaba el animal, el hombre optó por matarlo.

En la mañana del 6 de diciembre de 2010, le propinó varios golpes en la cabeza con un objeto contundente, al parecer un palo, con intención de acabar con su vida. Aunque no lo logró, metió el animal moribundo en un saco de los utilizados para guardar pienso y lo llevó hasta un contenedor de basura, donde lo abandonó.

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