El barrio de La Soledat, en Palma, ayer era un hervidero. Unos fuertes golpes contra la puerta de una vivienda fueron el inicio de una ajetreada mañana. A primeras horas del día, varios residentes de la calle Fornaris se despertaron sobresaltados por el ruido. Una decena de guardias civiles encapuchados y armados habían tomado la vía pública al tiempo que irrumpían en una casa en cuestión de segundos. "Han llegado poco antes de las siete de la mañana. Han cortado la calle y están registrando un domicilio", apuntaba ayer una vecina.

La operación antidroga ´Benazir´ culminó de forma simultánea en diferentes barrios de la ciudad. Uno de los puntos más calientes fue el poblado de Son Banya, que una vez más quedó bajo el mando de los investigadores. En esta ocasión, la Guardia Civil asestó un duro golpe contra el clan de narcos de ´El Forrito´.

El amplio dispositivo policial levantó una gran expectación entre los ciudadanos de La Soledat y de la zona de Reyes Católicos, en Palma. Los vecinos contemplaban desde la calle, el bar o bien desde las ventanas de sus casas el ir y venir de los agentes. En la calle Fornaris, varios residentes no se extrañaron de que los investigadores allanaran el inmueble situado en el número 58A. "Casi todos los vecinos sabíamos que aquí se vendía mucha droga, pero pocos lo van a admitir", señalaba una ciudadana. "No se escondían y parecía que no les importaba. En esa casa había mucha afluencia de gente que acudía a comprar estupefacientes. Y el cabecilla, un joven gitano, siempre se paseaba con coches de lujo. Tenía un BMW y un Rolls", apuntaba otra vecina.

El supuesto líder del clan no fue detenido en la planta baja de la calle Fornaris. "Aquí él no estaba durmiendo. A él lo han arrestado en un piso cercano a la calle Reyes Católicos", comentaba una residente. Según indicaron varios moradores, en el punto de venta de droga desarticulado, el presunto cabecilla tenía a otras personas que se encargaban del ilícito negocio.

Los testigos explicaron que la vivienda investigada había sido de-salojada tiempo atrás para derruirla, pero los supuestos narcos lograron introducirse en ella y empezaron a distribuir los estupefacientes entre terceras personas. "También tenían ahí gallos de pelea. ¿No los oyes?", preguntaba la vecina.

Un trabajador de la zona recordó que antiguamente se veía mucho más el tráfico de droga en el barrio, pero ahora no. "A la Guardia Civil es la primera vez que la veo por aquí. La Policía sí que ha hecho más controles", señaló. El hombre se quejó de que habitualmente se reúne mucha gente en una plaza cercana donde fuman marihuana. "Hoy con tantos agentes, claro, no hay nadie", añadía sonriente. El trabajador destacó que el narcotráfico no solo afectaba a La Soledat, sino que se había extendido a muchos barrios de Palma. "Ojalá hicieran una redada como esta cada día", comentaba el ciudadano.

Mientras, en la calle Francisco Julià, cerca de Reyes Católicos, una multitud aguardaba a las puertas de un bar. "Acabo de llegar. He venido a tomar un café y me he encontrado con los guardias civiles con pasamontañas en el portal de una finca", apuntaba un joven sorprendido.