Ceferina Cuesta, la jefa de guardia del Samur que atendió a la mujer que murió tras recibir un disparo en una iglesia de Madrid y que practicó una cesárea al cadáver para salvar a su bebé, recordaba ayer que "fue una decisión de un segundo".

"Ya que por la madre no se podía hacer nada tienes que apostar por la vida de ese niño", dijo la médico, 14 horas después de salvar la vida al recién nacido, que ayer permanecía estable en el Hospital La Paz, aunque habrá que esperar para ver su estado neurológico.

Ceferina, que dijo que "seguro" que irá a ver al niño al hospital, practicó la cesárea entre los últimos bancos de la iglesia de Santa María del Pinar, donde había caído la mujer. Momentos antes había intentado reanimarla y tras comprobar con una ecografía que el bebé estaba "a término" y sin pulso, decidió "luchar" por su vida. "Fue algo muy rápido, una cesárea de urgencia, coger el bisturí, abrir y sacar al niño cuanto antes. Tomas una decisión en segundos", dijo.