La tensión entre el colectivo nigeriano y los gitanos de Son Gotleu no paró ayer de crecer por la muerte de Efosa Okosun. Finalmente, se llegó a un acuerdo de no agresión entre ambas partes después de mantener una reunión en las dependencias de la comisaría de la Policía Local en Llevant.

El concejal de Seguridad, Guillem Navarro, el intendente de la Policía Local, Antoni Vera, un mando del Cuerpo Nacional de Policía y representantes de nigerianos y gitanos se reunieron en la sede policial. El orden del día era solo uno: apaciguar los ánimos.

El entendimiento, a priori inalcanzable, se logró después de una puesta en común de todas sus quejas. Los investigadores de la Policía explicaron que Efosa Okosun murió al caer al vacío cuando pasaba de un balcón a otro.

Al término de dicha reunión, los portavoces de los colectivos acudieron poco después a la plaza Fra Joan Alcina para hacer público el acuerdo a los nigerianos allí congregados.

Uno de los portavoces calés tendió la mano a los nigerianos concentrados en la plaza para sellar el acuerdo. Ninguno se la estrechó. "Queremos que nuestros hijos vayan tranquilos al colegio", expresó. Los artífices del acuerdo dieron por buena la tregua.

Previamente, varios líderes de asociaciones nigerianas terciaron para que los incidentes no fueran a mayores. El presidente de una asociación nigeriana, incluso, usó la megafonía de un coche patrulla de la Policía Local para dirigirse al exaltado colectivo africano. Muchos de ellos se habían juramentado para vengarse por la muerte de Efosa Okosun.

Maribel Alcázar, miembro de la Coordinadora de ONG, se desplazó ayer a la plaza de Fra Joan Alcina para aportar su experiencia en este tipo de conflictos. Alcázar alabó la actitud de los líderes africanos para evitar que la tensión acumulada se tradujera en un nuevo estallido violento.

"Esta gente está siendo machacada. Cuando han encontrado un muerto, han visto que se les ataca", recalcó Alcázar. En opinión de esta mediadora el estallido violento se debe a "pobreza, agresividad y abandono. Les ha creado una herida moral muy importante", describió.

Por su parte, el presidente de la asociación de vecinos Orson Welles de Son Gotleu, Ginés Quiñonero arremetió contra la actitud de los nigerianos en el barrio. "Se veía venir desde hace mucho tiempo. Ahora se han envalentonado y ya no hay control", insistió.

Dos grandes revueltas en apenas dos años

Los enfrentamientos en Son Gotleu entre nigerianos y gitanos no han parado de sucederse en los dos últimos años. Un motivo banal es suficiente para activar la espoleta de la violencia. Hace exactamente dos años, unas mil personas se enfrentaron en las calles del barrio. El móvil fue unas gafas de sol que se le cayeron a una chica gitana cuando iba en el coche. Al parecer, el nigeriano quería revenderlas a la chica cuando estalló una revuelta que se prolongó varios días. El año pasado también se dieron otros altercados entre gitanos y nigerianos. El motivo fue entonces la venta de un teléfono móvil.