Taburetes volando por los aires, aerosol de pimienta y agresiones racistas. Estos incidentes fueron protagonizados ayer de madrugada por un grupo de jóvenes alemanes y austriacos, de estética skinhead, en una de las más concurridas cervecerías de la Playa de Palma. La Policía detuvo a nueve de ellos, con edades comprendidas entre los 19 y los 24 años, por los presuntos delitos de lesiones y riña tumultuaria.

El origen de los hechos se remonta a las nueve y media de la noche. Un grupo de jóvenes irrumpió en un Biergarten de la calle Pare Bartomeu Salvà, más conocida entre su asiduo público alemán como la Schinkenstraße (calle del Jamón).

Sobre las nueve y media de la noche, un grupo de jóvenes alemanes con la cabeza rapada irrumpió en el establecimiento. Su actitud fue violenta desde un primer momento. Al cabo de una hora, se les ocurrió rociar el local con aerosol de pimienta.

La atmósfera se tornó irrespirable. El encargado ordenó desalojar el establecimiento, abarrotado de clientes en esos instantes, hasta que el aire se renovara por completo.

Sobre la una de la madrugada, varios individuos, con el rostro cubierto con una camiseta, volvieron al local. Un camarero negro, de nacionalidad nigeriana, fue su objetivo. Sin que la víctima pudiera reaccionar, le propinaron toda una serie de puñetazos y patadas.

Acto seguido, el grupo de cabezas rapadas bajó hasta el piso inferior con la intención de mezclarse con los clientes. Su actitud siguió siendo hostil y arrojaron taburetes y jarras de cristal.

El encargado del establecimiento avisó a la Policía para que se pusieran fin a los incidentes de una vez por todas. Un nutrido agentes del Cuerpo Nacional de Policía y la Policía Local se personaron poco después en la calle Pare Bartolomé Salvà. Cinco presuntos agresores fueron arrestados al poco de llegar. Todos ellos fueron esposados en plena calle.

Atención sanitaria

Las asistencias sanitarias del IB-salut desplazaron una UVI móvil para atender a los heridos de brechas y contusiones varias. "¿Cuánto hay que pagar para que los dejen en libertad?", preguntó un corpulento individuo con la cabeza rapada que se erigió en cabecilla del grupo. Su cara mostró sorpresa cuando le comunicaron que sus compinches estaban detenidos y que no se podían canjear por dinero.

Los funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía se replantearon cómo tenían que acometer una actuación definitiva para atrapar al resto de los integrantes. Los agentes sacaron los cascos antidisturbios de un furgón y, con paso decidido, entraron de nuevo en el establecimiento donde se habían producido los incidentes.

El grupo no opuso resistencia. En unos instantes, todos fueron colocados con las manos apoyadas contra la pared. El resto de clientes miraba con desdén a los alborotadores aplacados de una manera expeditiva.

Los nueve detenidos fueron trasladados en los furgones hasta los calabozos de la Jefatura Superior de Balears, en la calle Simó Ballester. Allí quedaron ingresados a la espera de que sean puestos a disposición judicial en las próximas horas. La Policía no descarta nuevas detenciones.