Un magrebí fue juzgado el pasado martes por atracar a un hombre en plena calle en Palma el pasado 15 de enero y por agredir a los policías cuando trataban de arrestarle. El sospechoso, un delincuente multirreincidente con varias condenas a sus espaldas por robos violentos y que ha pasado varios años preso en Salamanca y Tenerife, negó haber asaltado a la víctima y explicó que únicamente intentó coger el tabaco que esta llevaba en el bolsillo. El acusado, que actualmente está en la cárcel de Palma, declaró en todo momento en árabe, por lo que estuvo asistido por un intérprete. El imputado indicó que no sustrajo ninguna cartera y que tampoco insultó ni pateó a los agentes. Sin embargo, los policías y el perjudicado dijeron todo lo contrario. El juicio discurrió con normalidad durante media hora, hasta que la fiscal pidió que la pena de cuatro años de prisión que inicialmente reclamaba se sustituyera por la expulsión del acusado de España durante diez años. Parece que esto no hizo mucha gracia al imputado, porque de repente empezó a hablar en castellano.

"Llevo 17 años en españa"

El magrebí aprovechó el final de la vista, en el momento en el que era interrogado sobre su arraigo, para cambiar de idioma y hablar en castellano. "Llevo 17 años en España", manifestó. Entonces, la fiscal, sorprendida, le pregunta: "¿Pero habla usted en español?". Y ni corto ni perezoso, mirando al intérprete, él responde: "¿Que si hablo español? Hablo español mejor que tú y que Aznar". Luego, el sospechoso, ante la estupefacción de la sala, hace un discurso en castellano diciendo que es drogadicto, que está en el Proyecto Hombre y que su familia no quiere saber nada de él. El hombre se niega a ser expulsado de España y en un último intento alega que es refugiado saharaui y que pertenece al Frente Polisario.

Endemoniado en cala major

El martes de madrugada un hombre sale a la calle Joan de Saridakis, en Cala Major, muy alterado. "¡Tengo que matar a alguien! ¡Tengo que quitar el demonio de encima!", grita. Momentos antes, había discutido un compañero de piso y le había clavado un cuchillo de cocina en el hombro. La Policía Local de Palma le detuvo por intento de homicidio. Al final, el juez de guardia ordenó su ingreso en Psiquiatría en el hospital de Son Espases en calidad de preso.

El ladrón cocinillas

Un hombre aceptó esta semana en un juzgado de Palma una condena de tres años y medio de prisión por dedicarse a desvalijar varios chalés de la zona de Bendinat, en Calvià, a finales de 2009. El caco forzaba las puertas, ventanas o persianas de las casas y, una vez dentro, se apoderaba de todos los objetos de valor que encontraba: joyas, teléfonos móviles, videoconsolas... Pero, antes de huir con el botín, no podía reprimir una curiosa afición: la cocina. El ladrón aprovechaba la ausencia de los moradores en las casas para ponerse ante los fogones. Sus preferencias eran el arroz y el atún, y no la cocina de autor.

Por una cerveza ante la final

Todo fue por una cerveza que tenía preparada para la final de la Copa del Rey entre el Madrid y el Barça. El Cuerpo Nacional de Policía arrestó el pasado miércoles por la noche a un hombre por presuntamente protagonizar un caso de violencia doméstica. El sospechoso supuestamente dio un fuerte empujón a su compañera sentimental tras una acalorada discusión en el domicilio conyugal. El motivo de la disputa fue una cerveza que desapareció de la nevera. El hombre explicó que tenía preparadas dos cervezas para el partido de la final y, cuando abrió el frigorífico, solo descubrió una. Entonces se desencadenó una discusión y él acabó detenido.

Expectación por el rescate de un windsurfista en Pollença

Decenas de curiosos se acercaron el pasado jueves por la tarde a la playa del Port de Pollença para presenciar el espectacular rescate en helicóptero de un windsurfista en apuros. El deportista se golpeó en un costado y se quejaba de fuerte dolor. Al no poder ser rescatado por tierra, el helicóptero de Salvamento Marítimo lo evacuó hasta Palma.