­Rudeger Peter Oyntzen, el médico alemán que asesinó a sus dos hijos en unos apartamentos de sa Coma (Sant Llorenç des Cardassar) durante unas vacaciones en Mallorca en 1996, ha sido trasladado a una prisión germana donde cumplirá el resto de condena. El radiólogo germano solicitó hace más de un año que le cambiaran a una cárcel de su país para poder estar más cerca de su familia. El pasado jueves por la tarde, Oyntzen fue excarcelado por la Policía Nacional en Palma y conducido hasta el aeropuerto de Son Sant Joan. Allí fue entregado a las autoridades germanas, que se encargaron de custodiarle durante el viaje en avión a Alemania. Una vez en su país, el hombre ingresó ya de noche en otro centro penitenciario.

Rudeger Oyntzen llevaba preso en Mallorca más de 14 años por el doble crimen que conmocionó a la isla. El médico fue condenado a 34 años de cárcel después de que un jurado popular le declarara culpable de dos delitos de asesinato en 1998. Sin embargo, la Ley establecía que el tiempo máximo de cumplimiento era de 20 años, por lo que le quedarían menos de seis años para salir en libertad. Este periodo de tiempo lo cumplirá en una prisión en Alemania.

El radiólogo germano solicitó al ministerio de Justicia que se le trasladara a su país en aplicación del convenio de colaboración en materia de política penitenciaria entre España y Alemania. El jueves por la tarde se hizo efectivo el cambio de prisión. La Policía Nacional excarceló al asesino en Palma y lo entregó a los agentes alemanes.

Rudeger Oyntzen mató a sus dos hijos el 3 de septiembre de 1996 en unos apartamentos de sa Coma. Los dos niños, Katharina y Mathias, de ocho y seis años, fueron hallados muertos acostados en sus camas con una rosa en cada mano. Su padre les había inyectado la noche anterior un cóctel de medicamentos que les causó la muerte. El médico alemán también trató de quitarse la vida. Un día después del hallazgo de los cadáveres de los dos menores, Oyntzen fue localizado en Formentor por la Policía Local de Pollença. Fue detenido y confesó el doble crimen. El asesino se hallaba en trámites de divorcio de su esposa y un juez alemán le había concedido a ella la guarda y custodia de sus dos hijos. El hombre ya había planeado la muerte de los dos niños antes de viajar a Mallorca.