La operación policial que ha permitido la detención del cura mallorquín de Vilafamés (Castellón) y la intervención de 21.000 archivos de contenido pedófilo en su ordenador personal de la parroquia partió de un chivatazo de la policía federal norteamericana, el FBI, según fuentes próximas al caso.

Los agentes federales de Estados Unidos seguían el rastro en Internet de un potente servidor que ofrecía fotografías pornográficas de niños desnudos –algunos bebés– cuando detectaron a varios usuarios en España. De inmediato, el FBI trasladó la información al CNI, que puso a trabajar a los agentes de la Unidad de Delitos Telemáticos de la Guardia Civil.

La sorpresa de los investigadores fue que uno de los supuestos pedófilos abonados al servidor era Rafael Sansó, el cura de Vilafamés, natural de Manacor y de 52 años. El siguiente paso de la Unidad de Delitos Informáticos fue solicitar una orden judicial para registrar el ordenador de la parroquia, donde los guardias civiles hallaron finalmente los 21.000 archivos de contenido pedófilo.

En los últimos meses, el FBI ha empezado a crear ´trampas´ para pedófilos en la red. Se trata de falsos enlaces dentro de páginas web que aparentemente conducen a páginas de contenido erótico infantil y que realmente llevan a un servidor de los agentes federales. En los últimos meses, el FBI ha detenido a varias personas que cayeron en la celada al pulsar estos enlaces.