Miguel L.V., el anciano de 86 años de edad acusado de matar a su esposa, de 50, el pasado martes en una finca de Pollença, ingresó ayer en prisión. Así lo decidió ayer tarde la juez del juzgado de instrucción número 5 de Inca, que tomó esta decisión a petición de la fiscalía.

El antiguo funcionario internacional, defendido por el abogado Josep Antoni Cifre, se mostró muy tranquilo en su declaración. Según sus allegados, a pesar de que hay pruebas que descartan que se tratara de un accidente, en su declaración de ayer no quiso reconocerlo y mantuvo que se trató de un accidente. No se reconoció en los fotogramas que recogen las imágenes captadas por una cámara de seguridad de la casa. El anciano contó que esa mañana acudió muy pronto al domicilio porque sabía que a esa hora su ex mujer solía dormir, ya que pretendía coger un busto de su hermana. Sin embargo, la mujer keniata escuchó ruidos y al levantarse se encontró con su ex marido, que hace dos meses que se había marchado de casa por la degradada relación que mantenía con su ex pareja. El hombre recuerda que la mujer intentó evitar que se llevara el busto y que hubo un intercambio de insultos. Fue el hijo quien medió en la disputa y el detenido se dirigió hacia el exterior para marcharse. Colocó el busto en el coche y se sentó. Afirma que no recuerda haber visto a su ex mujer sentada frente al vehículo en un intento de que no se marchara. Parece ser que las imágenes de la cámara interna de la finca demuestran que Miquel L.V. amaga varias veces con arrancar el coche hasta que llega el momento en el que aprieta el acelerador y pasa por encima de la mujer. La víctima es arrastrada varios metros. Sufrió varias lesiones internas que le provocaron la muerte.

El detenido sostuvo ayer ante la juez que apenas recuerda la dinámica de cómo se sucede la escena del atropello, pero sí detalla la discusión previa que se produjo en el interior del domicilio.

El abogado intentó ayer que su cliente no ingresara en prisión ya que, con independencia del delito que se está investigando, se trata de una persona de avanzada edad cuya posibilidad de huir es casi nula. Planteó el letrado varias alternativas a la cárcel, como podría ser el arresto en su domicilio con la retirada del carnet. La juez, sin embargo, no atendió a ninguna de estas propuestas y ordenó el ingreso en prisión. No señaló la juez en el auto la edad que tiene el detenido ni tampoco indica que deba ser ingresado en ningún módulo especial. Miquel L.V. será tratado como cualquier otro preso preventivo pendiente de juicio.