Alejandro de Abarca, presunto asesino de la joven rumana Ana Niculai, quien el pasado 19 de julio fue hallada calcinada en el interior de un maletero en la localidad mallorquina de Muro, ha salido de prisión, en la que se encuentra de forma preventiva, para acudir como acusado de un delito de quebrantamiento de condena a un juicio en el que finalmente ha alcanzado un acuerdo de conformidad para que sea condenado a una pena de multa.

El inculpado ha admitido los hechos de los que se le acusaba y de esta forma se ha conformado a una pena de multa por este delito, según han informado fuentes del caso a Europa Press, después de que el Juzgado de Instrucción número 1 de Palma abriese diligencias al respecto. De Abarca, conocido como 'el enano', se encontraba de permiso -cumplía condena en tercer grado en un centro de reinserción social- cuando presuntamente secuestró a Niculai y acabó con su vida. De Abarca se dio a la fuga y fue detenido una semana después.

El encausado ha sido trasladado a los Juzgados de Vía Alemania bajo fuertes medidas de seguridad y ha permanecido en los calabozos hasta que ha sido conducido a la sala de vistas donde debía ser enjuiciado. Cabe recordar que, al margen de este procedimiento, el Juzgado de Instrucción número 8 tramita otras diligencias por un robo presuntamente perpetrado por De Abarca en una vivienda de Can Pastilla, aunque hasta el momento el imputado ha negado tener vinculación con estos hechos.

'El enano' se sometió el pasado viernes, a petición de su letrado, a una prueba de tóxicos dirigida a determinar si consumó sustancias estupefacientes antes de acabar con la vida de la joven rumana, y de cuyo resultado podría valerse su defensa para solicitar la atenuante de drogadicción.

Por ahora, restan algunas diligencias para que finalice la instrucción del caso y el juez pueda dictar auto para transformar la causa a procedimiento de tribunal del jurado. Así, se ha solicitado una nueva testifical -la de un presunto cómplice con el que habría contado para el asesinato de Niculai- mientras que también están pendientes los resultados de un análisis para averiguar si además se produjo un delito sexual, así como del informe de la policía científica acerca de la inspección ocular llevada a cabo en los lugares donde se produjeron los hechos.

De Abarca confesó, tras ser detenido y pese a que en un primer momento negó su vinculación con el suceso, que mató a Niculai con una inyección de heroína. El imputado aseguró que su única intención era robar el vehículo de la joven para ir hasta Son Banya a por droga, tras lo cual también él se inyectó heroína y 'speed'. Relató que la maniató, la golpeó por detrás y con una mordaza la introdujo en el maletero, donde fue hallada calcinada. Todo apunta a que la muerte se produjo por un fuerte golpe en la cabeza, asfixia, un golpe de calor así como por los efectos de la combustión.