Un hombre de 70 años, residente en Son Gotleu, en Palma, oyó fuertes ruidos de golpes y gritos en la escalera de su finca. Salió y se encontró a un joven ebrio que aporreaba la puerta de un domicilio, por lo que le llamó la atención. El chico se revolvió contra él. Le propinó puñetazos y patadas y le tiró por las escaleras. La mujer del anciano intentó interponerse y recibió también un puñetazo en la cara. Cuando llegó la Policía, el presunto agresor estaba destrozando la puerta de la calle y se enfrentó también a los agentes, por lo que tuvo que ser reducido.

Posteriormente la Policía averiguó que el joven había pretendido entrar en el domicilio de su ex mujer. Varios testigos le habían visto allí el día anterior, golpeando la puerta y amenazándola de muerte.

El incidente ocurrió el martes sobre las nueve y media de la noche. El joven, identificado como José G.P., de 18 años, se volvió a presentar en la casa de su ex pareja y empezó a aporrear la puerta. Cuando salió el vecino a pedirle que dejara de hacerlo, el joven le pegó un puñetazo, le arrojó contra la pared y le hizo caer por las escaleras. El hombre, de 70 años, sufrió una brecha en la ceja y contusiones.

Su mujer, de 66 años, se interpuso. El joven presuntamente la amenazó con una navaja y le pegó un puñetazo. La víctima sufrió un esguince a consecuencia de la agresión.

La Policía Nacional recibió entonces varios avisos sobre el altercado, y dos motoristas del equipo de "Rayos" llegaron al lugar poco después. Encontraron al joven totalmente descontrolado, rompiendo a golpes los cristales del portal, por lo que sufrió varios cortes. El joven se enfrentó a ellos, por lo que los agentes tuvieron que reducirle y al mismo tiempo hacer frente a otros grupos de vecinos. Unos –amigos del joven– intentaban liberarle y otros –vecinos del matrimonio herido– querían pegarle. Otras dotaciones disolvieron a la multitud y el chico fue detenido.