El fiscal ha pedido este miércoles al Tribunal Supremo (TS) que admita una demanda de revisión para que se pueda celebrar un nuevo juicio sobre el caso de Antonio Meño, un hombre que entró en coma hace 21 años tras someterse a una operación de cirugía estética -una rinoplastia- en una clínica de Madrid que resultó absuelta.

Meño ha sido llevado en una camilla al Alto Tribunal, en medio de una gran expectación de medios de comunicación y de público, y ha asistido a la celebración de una vista durante unos veinte minutos hasta que ha sido trasladado a una sala contigua.

Este caso se cerró después que un juzgado madrileño, la Audiencia Provincial de Madrid y el propio Supremo rechazaran las demandas de la familia al considerar que no existió negligencia médica y se ha visto este miércoles de nuevo debido a la aparición de un nuevo testigo.

Se trata de Ignacio Frade, quien ha asegurado en la vista que durante la operación el anestesista se ausentó y que no estaba presente cuando él mismo se percató de que se producía una alteración en la frecuencia del ritmo cardiaco de Meño.

Frade ha insistido en que el paciente, que entonces contaba con 21 años, entró en coma porque durante la intervención se desconectó el tubo por donde respiraba.

Según ha recordado, el anestesista, tras ser avisado por una auxiliar, acudió a la sala de operaciones y vio lo que ocurría.

"Dios mío, se ha desconectado, rápido, oxígeno", ha relatado el testigo que exclamó el anestesista, que intentó reanimar al paciente.

Ha contado que hace unos meses vio a la familia Meño en la plaza Jacinto Benavente de Madrid, donde están acampados desde hace un año frente a una de las sedes del Ministerio de Justicia debido a la situación que padecen, y que el caso le pareció "espeluznante", por lo que decidió contar lo que había presenciado hace 21 años.

Esta declaración ha sido valorada por el fiscal, que la ha calificado de "contundente" y ha pedido que el Supremo revise este caso porque, si es cierto lo que dice el testigo, "profesionales médicos ocultaron a la familia" la posible causa de lo ocurrido.

"La clínica nunca les dijo lo que pasó", ha considerado el fiscal, que ha señalado que lo dicho por Frade es un dato "absolutamente nuevo".

Para el abogado de la familia, Luis Bertelli, su demanda se basa en la "maquinación" que, en su opinión, se produjo para ocultar la existencia de un testigo presencial y ha considerado demostrado que hubo otra operación simultánea a la de Meño en la que intervino el mismo anestesista.

Precisamente, este anestesista, Francisco González Martín, ha asegurado hoy que no recordaba haber visto al entonces recién licenciado médico durante la operación y ha negado que interviniera en dos operaciones simultáneas.

Mientras, las partes demandadas -el anestesista, el hospital y las aseguradoras- se han opuesto a la revisión del caso al estimar que no existió una maquinación y que el testimonio de Frade no es veraz, ni es una declaración "objetiva y válida".

La larga declaración del testigo, así como la del abogado de la familia, ha provocado que el numeroso público interrumpiera con aplausos al testigo y con gritos de "fuera, fuera" al letrado del hospital demandado.

También han celebrado con aplausos la intervención del abogado de la familia, lo que ha provocado que el presidente del tribunal, el presidente de la Sala de lo Civil del Supremo, Juan Antonio Xiol, amenazara con desalojar la sala si se producía otra vez.

Al finalizar la vista, la madre de Meño, Juana Ortega se ha mostrado contenta ante los periodistas por lo dicho por el fiscal, pero no por lo puesto de manifiesto por los abogados de las aseguradoras.

"He estado 21 años engañada", ha asegurado Ortega, quien ha calificado de "ángel" a Frade.