La Audiencia de Palma ha impuesto una condena de dos años de prisión a una mujer que ha sido declarada culpable de un delito de inducción a la prostitución. El tribunal no hace más que ratificar la sentencia dictada por un juzgado de lo Penal.

Está mujer, que está contratada como empleada en un comercio, en realidad dirige un club de prostitución situado en la calle Hiroshima de Palma. Se trata de un piso que cuenta con varias habitaciones y donde un grupo de mujeres se dedican a la prostitución. Mantienen relaciones sexuales con sus clientes en dichas habitaciones que previamente alquilan a la acusada, de 54 años de edad.

La sentencia declara probado que la mujer alquila estas habitaciones, bien por meses, o por horas, siempre a cambio de una cantidad económica que le entregan las prostitutas. Afirma el tribunal que la encargada también se encarga de cambiar las sábanas de las camas, lavarlas y de alimentar a las chicas que residen en esta casa. Cada vez que una de las prostitutas mantiene relaciones con un cliente la encargada del club recibe la cantidad de 20 euros. Una de las chicas le abonaba la cifra mensual de 350 euros, más los gastos correspondientes, por el alquiler de la habitación y por la alimentación.

La acusada era quien se encargaba también de contratar los anuncios en la prensa local para promocionar su local de alterne.

Esta actividad fue descubierta por varios policías de paisano que acudieron al piso de la calle Hiroshima y se hicieron pasar por clientes. Los agentes actuaron a petición de los vecinos de la barriada que se quejaron de la actividad ilegal que se estaba desarrollando en esta casa. Los policías comprobaron que la acusada se encargaba de cobrar una parte de los beneficios que recibían las prostitutas.