Los cuatro vagones que descarrillaron ayer en Sineu quedaron inservibles debido a los graves daños que sufrieron. Su destino más probable era el desguace, ya que los técnicos consideraban que no habría ninguna posibilidad de repararlos.

La retirada de los coches fue laboriosa y compleja. Desde la una y media de la tarde, una gran grúa los izó hasta depositarlos sobre el camión que, uno por uno, los llevó a los talleres. Los trabajos tuvieron que ser interrumpidos para que la Guardia Civil examinara con detalle el muro de hormigón que provocó el siniestro, que quedó justo debajo de la máquina.