El policía, libre de servicio, vio a un hombre que deambulaba en mitad de la noche en la cuneta de una carretera solitaria y oscura. Parecía estar desorientado y no llevaba un rumbo claro. El agente siguió conduciendo, pero guardó en la memoria la cara de aquella persona que tanto llamó su atención. No tardó en darse cuenta de que había encontrado al hombre más buscado de Mallorca. En cuanto llegó al cuartel supo que todas las patrullas de la isla llevaban todo el día tras él por haber acabado con la vida de su pareja. Así que el policía y varios de sus compañeros volvieron al lugar, lo identificaron y lo detuvieron. No opuso resistencia ni trató de huir. "Estaba como ido", recuerda el agente que lo encontró. Y así seguía ayer en los calabozos de la Jefatura de Policía, como si no acertara a comprender el alcance de lo ocurrido.

La huida acabó anteanoche, casi por casualidad, en la carretera que une Son Servera y Porto Cristo, a 70 kilómetros del punto de partida. Los investigadores sabían que la familia del acusado, José Juan P.P., de 53 años, tiene en aquella zona una pequeña casa de campo. Consideraban probable que apareciera por allí, por lo que habían informado ya a las policías locales próximas. Sin embargo, el día estaba a punto de concluir sin noticias sobre su paradero. Un agente de la Policía Local de Sant Llorenç se dirigía a Cala Morlanda en su vehículo particular cuando reparó en él. "Vi a un hombre que parecía despistado en un cruce. Estaba como desorientado". Minutos después, llegó al cuartel de sa Coma y sus compañeros le mostraron la cara de aquel hombre, que estaba ya en manos de toda la Policía de Mallorca por ser el principal sospechoso del brutal crimen cometido en Palma. Una patrulla se dirigió entonces a aquel cruce para tratar de arrestarlo. Y allí seguía él, tranquilo en apariencia pero igual de despistado. "Estaba como ido. Le preguntamos por su nombre y nos dijo que era él. Se identificó y lo detuvimos sin que opusiera ninguna resistencia", afirma uno de los agentes.

Tras informar a la Policía Nacional y a la Guardia Civil de que lo habían localizado, el hombre fue trasladado a un centro médico próximo, donde, además de descubrir que llevaba ropa interior de mujer, comprobaron que su estado físico era bueno. El detenido no hizo ningún comentario sobre los motivos de su arresto y acabó pasando la noche en los calabozos de la Jefatura Superior de Policía de Palma, donde estaba previsto que fuera interrogado sobre su implicación en la muerte de su pareja, Joana Maria Rebassa.

Así acabó una búsqueda que había comenzado 24 horas antes, cuando la Policía descubrió uno de los escenarios del crimen más macabros de los últimos tiempos, en el piso donde la pareja, ambos con discapacidad psíquica, vivía desde hacía varios años bajo la tutela del Govern. Nada se sabía del hombre desde el jueves por la tarde, cuando según sus vecinos salió del piso donde horas más tarde apareció el cadáver de la mujer, a la que habían golpeado y asfixiado, y que llevaba un cuchillo de mesa clavado hasta el mango en su cuello. Alguien, tras su muerte, había mutilado sus pechos, que aparecieron en una bolsa junto al cadáver. La autopsia situó el fallecimiento entre la noche del miércoles y la mañana del jueves.

Poco se sabe sobre dónde estuvo el sospechoso entre su desaparición y el arresto. La Policía no encontró ningún vehículo en el lugar donde apareció el acusado, que según parece buscó refugio en la caseta de su familia, no lejos del punto donde fue localizado. Algunos vecinos de la zona aseguraban haber visto el viernes a un hombre de similares características haciendo autoestop, aunque no está claro si se trataba del fugitivo.

Juan José P.P. será puesto en las próximas horas a disposición judicial como presunto autor de un delito de homicidio.