Un juez envió ayer tarde a prisión a un vecino de Palma, llamado Francisco G.N., de unos 25 años de edad, que confesó su participación en un homicidio que se perpetró el pasado mes de junio en un parque de Bruselas, en Bélgica.

El pasado martes llegaron a Palma tres agentes de la Policía de Bélgica que investigaban este crimen que costó la vida a un joven de origen ucraniano, y que falleció tras ser atacado con un cuchillo en un parque. Dos de los presuntos autores ya habían sido detenidos. Se trata de dos compañeros de Francisco, con quienes trabajaba en un hotel de la capital belga. Uno de estos detenidos tenía problemas con el individuo que fue apuñalado porque parece ser que estaba acosando a su compañera sentimental. Sus dos compañeros, entre los que estaría el vecino de Palma, se mostraron dispuestos a prestarle ayuda para que pudiera darle un escarmiento a este individuo.

El ajuste de cuentas se les fue de las manos. La víctima acudió a la cita al parque y de pronto se encontró frente a tres individuos que iban armados con un cuchillo de cocina. Uno de ellos le agarró, mientras que el otro comenzó a propinarle golpes. El tercero, supuestamente el mallorquín, vigilaba la zona por si se acercaba algún testigo. Tras propinarle varios golpes uno de ellos sacó el cuchillo y apuñaló al joven ucraniano, que murió desangrado en el parque.

Durante la investigación policial apareció el nombre del joven mallorquín. Cuando la Policía acudió al hotel para tomarle declaración, inicialmente como testigo, se descubrió que ya no trabajaba. Había aprovechado un periodo de vacaciones y ya no había vuelto al trabajo, según averiguó la Policía.

El joven estaba identificado. La Policía belga no tuvo muchos problemas para dar con el paradero de Francisco, que residía con su familia en un piso de Palma. El joven, que habría tenido problemas con el consumo de drogas, ingresó hace poco en el Proyecto Hombre, según señalaron fuentes próximas a la investigación.

Francisco G.N., defendido ayer por el abogado Gabriel Garcías, fue detenido el pasado martes en cumplimiento de una orden internacional de arresto. Fue localizado por el grupo de Delincuencia Internacional de la Policía de Palma.

En la mañana de ayer fue presentado ante el juez que tramitaba la comisión rogatoria. El juez Antoni Rotger, del juzgado de instrucción número 8 de Palma, le preguntó sobre su implicación en los hechos que estaba investigando la Policía belga. El joven confesó que había tenido una participación en el crimen. Reconoció que había sido él quien había conseguido el arma. La había cogido de la cocina del hotel donde trabajaba. La entregó a su compañero que la utilizó después para matar a la víctima. Francisco confesó que él estuvo vigilando la zona mientras sus dos amigos le daban un escarmiento a la víctima en un ajuste de cuentas por un tema amoroso.

El joven mallorquín reconoció que no había vuelto a Bélgica porque sabía que la Policía le estaba buscando, ya que sus dos compañeros le habrían implicado en sus declaraciones. Unos amigos suyos belgas le tenían al tanto de la investigación y le aconsejaron que no regresara a su trabajo y que permaneciera escondido en Mallorca.

El juez ordenó ayer tarde el ingreso en prisión del vecino de Palma, a la espera de que el caso pase a ser tramitado por la Audiencia Nacional. Bélgica podría solicitar la extradición de este joven mallorquín para ser juzgado por homicidio ante un tribunal de Bruselas.