El procesado por el asesinato de Nagore Laffage, José Diego Yllanes, afirmó ayer: "No quise hacerlo pero la maté". Recordó que estuvo encima de la víctima "apretándole el cuello" y que la joven quedó muerta.

La declaración de Yllanes centró la segunda jornada de la vista oral por el juicio por el asesinato de Nagore Laffage en los Sanfermines de 2008. En un actitud sumisa y cabizbajo, sin llegar a emocionarse, el procesado manifestó que iba a "decir la verdad. Asumo que hay un resultado y que voy a pagar por ello", dijo.

Señaló que a un psiquiatra, profesión que ejercía, se le presupone "tranquilidad" en situaciones difíciles y que lo que ocurrió la mañana de los hechos fue precisamente "lo contrario, se sale de lo normal y de lo que cabía esperar". Yllanes señaló que como persona tiene "fallos" y pidió perdón. "Me avergüenzo de mí mismo", apuntó y puso a disposición de la familia de Laffage todo lo que tiene aunque "sé que una vida no se paga con dinero". El acusado y señaló que no conocía ni a Nagore Laffage ni a sus amigas y que no recuerda el trayecto hacia su casa por la avenida Pío XII, debido a la ingesta de alcohol. Preguntado por cuánto bebió la noche del 6 de julio, el procesado señaló que pudo ser una cerveza, más de un cubata de ron y algunos chupitos de tequila, hasta las 4 de la madrugada.