Cualquier tiempo pasado fue mejor para La Paca. En apenas tres años, el declive del clan ha ido en aumento gracias al acoso policial y judicial, que ha llevado a parte de sus miembros a prisión y les ha arrebatado una porción importante del pastel conseguido con el narcotráfico.

Desde que en 2006 la Audiencia de Palma impusiera fuertes multas a La Paca, a su hija La Guapi y a su sobrina La Parrala por blanquear dinero del tráfico de drogas, los quebraderos de cabeza se han sucedido. Al año siguiente, el clan se vio envuelto en el llamado caso Son Banya, por el que la matriarca y los suyos fueron condenados a largas penas de prisión. Además, varias operaciones antidroga de Policía y Guardia Civil han desmantelado buena parte de su infraestructura. La muerte a tiros de la Parrala fue el penúltimo revés para el clan de La Paca.