"Avistamos a la mujer por casualidad, pero gracias a ello salvaron la vida ella y su marido. Los dos han vuelto a nacer". Armin Koerger es un profesor de la escuela de buceo Robinson, en Cala d´Or. El pasado lunes rescató a una pareja que a punto estuvo de morir ahogada después de que una gran ola los sorprendiera desprevenidos cuando caminaban sobre las rocas y los arrastrara al mar. Estuvieron luchando contra las olas casi una hora, hasta que casualmente pasara por allí la barca que pilotaba Armin y los rescatara a los dos. La pareja, de unos 25 años cada uno y de origen británico, estaban pasando la luna de miel en Mallorca. "No se les olvidará jamás este viaje", dice Armin.

El rescate fue un cúmulo de casualidades. El profesor de buceo se dirigía hacia el puerto porque uno de los alumnos (iban cuatro a bordo) se mareó durante la clase y decidió regresar a tierra. Si la clase se hubiera desarrollado con normalidad, el grupo no hubiera regresado hasta mucho más tarde.

Pedía ayuda

"Cuando volvíamos uno de mis alumnos vio una persona que estaba pidiendo ayuda", recuerda Armin Koerger. Puso rumbo hacia esa persona, sin conocer muy bien lo que estaba pasando ni por qué la mujer estaba pidiendo ayuda. Cúal fue la sorpresa cuando la joven contó que una ola le había lanzado al mar y no había tenido fuerzas para llegar a la orilla. "Apenas podía hablar, pero tuvo la suficiente fuerza para explicarme que también había arrojado al agua a su marido e incluso me indicó con la mano la dirección donde había caído su esposo". El tiempo corría en contra, porque el suceso se había producido casi una hora antes y los dos bañistas podrían tener síntomas de hipotermia, como así fue. La indicación de la mujer era correcta y poco tardó Armin en localizar al otro joven, que estaba literalmente agotado por el largo tiempo que llevaba en el agua. El joven apenas tuvo fuerza para subir a la barca, porque sus brazos casi no aguantaban su peso. Si Armin no hubiera contado con la colaboración de sus cuatro alumnos el rescate hubiera podido ser todavía mucho más complicado.

El profesor, además de conocimiento sobre buceo, conoce las técnicas de atención médica. Además, uno de los alumnos era enfermero profesional. "Siempre llevo oxígeno en la barca y se lo facilité a la pareja. También les tapé con una manta térmica hasta que llegó la ambulancia, que lo trasladaría después a un hospital".

Armin lleva 20 años dando clases de buceo en esta misma escuela y es la primera vez que participa en un rescate como este. "Estoy muy satisfecho, no tanto por mí, sino por los dos turistas. Ahora podrán celebrar el día que se casaron y el día que renacieron tras estar a punto de morir ahogados".

A medida que los dos jóvenes turistas iban recuperando fuerzas pudieron explicar lo que les había ocurrido. Dijeron que estaban paseando por la costa, buscando un lugar tranquilo, y se confiaron. "Me contaron que de pronto apareció una gran ola y los arrastró a los dos al mar. No pudieron hacer nada para evitar la caída, no les quedó más remedio que mantenerse a flote hasta que alguien acudiera a rescatarles". El profesor de buceo recuerda que el estado de los dos turistas era lamentable, ya que ambos mostraban claros síntomas de agotamiento. "Tenían toda la espalda y los brazos raspados. Estas lesiones se las produjeron al caer por las rocas".

El "héroe de Cala d´Or" está convencido que si hubiera tardado mucho más tiempo en rescatar a la pareja, ambos hubieran muerto porque era imposible que hubieran podido llegar a la costa nadando. "Siempre me dirijo al puerto por otra ruta, pero ese día decidí cambiar. No sé por qué lo hice, pero resultó algo decisivo. Gracias a eso los dos turistas pudieron salvar sus vidas".