Un juzgado de Palma ha condenado al administrador y a los directores de dos geriátricos de Palma a sendas multas como autores de dos faltas de imprudencia por la muerte de dos ancianas de 80 y 81 años, que fallecieron por la insuficiencia respiratoria que sufrieron al caer de sus camas y quedar colgadas por el abdomen de las correas que las sujetaban. Las dos muertes se produjeron durante la misma noche, después del traslado de los ancianos de un centro a otro por unas obras de reforma. La jueza considera que las camas en las que fueron instalados esa primera noche no contaban con las medidas de seguridad adecuadas. Los condenados han recurrido la sentencia.

Según considera probado la titular del juzgado de lo penal número 2 de Palma, el día 4 de enero de 2006 se produjo un traslado de 48 ancianos desde una residencia de s´Arenal a otra en Palma, ya que la primera debía realizar unas obras de adecuación. Este traslado, en el que intervinieron el administrador de la sociedad gestora y los directores de los dos centros, "se llevó a cabo sin adoptar las medidas de seguridad exigidas en la normativa para centros de acogida de la tercera edad".

Una de las ancianas, de 80 años, con alzheimer avanzado, diabetes, 45 kilos de peso y dependiente para todas las actividades diarias, fue instalada en una habitación de la segunda residencia, acostada en la cama con un cinturón de contención, aunque sin las barreras de seguridad con las que contaba habitualmente en el otro centro. Así que, cuando cayó de la cama quedó colgada, con el cinturón sujetándole el abdomen, lo que le produjo una insuficiencia respiratoria que, agravada por su precario estado de salud, le produjo la muerte.

Una situación idéntica a la que sufrió esa misma noche otra anciana, en este caso de 81 años, con alzheimer, anemia, bajo peso y dependiente. Fue acostada en una cama con un cinturón de contención, pero sin las barreras con las que contaba habitualmente en la otra residencia. También cayó de la cama y quedó colgada por el cinturón. La presión que sufrió en el abdomen le produjo una insuficiencia respiratoria que le causó la muerte unas horas después.

Dos meses de multa

La sentencia considera probado que "la dirección y la propiedad de ambas residencias ocultaron a los familiares de las fallecidas la verdadera causa del fallecimiento y aquella noche solo estaba una persona encargada de hacer la ronda en la planta donde se ubicaron los ancianos trasladados (...), teniendo que proceder mediante autorización judicial a la exhumación de ambos cadáveres para poder determinar mediante la autopsia la causa de ambos fallecimientos".

Antes del juicio, los familiares de una de las fallecidas aceptaron la indemnización de la compañía de seguros, pero los otros no. La sentencia considera al administrador de la sociedad gestora y a los directores de los dos geriátricos implicados autores de dos faltas de imprudencia con resultado de muerte, y les impone una pena de dos meses de multa, a razón de seis euros al día. También impone el pago a la familia de la segunda anciana de una indemnización de 17.000 euros.