Juan P.T., de 65 años, dueño de una tienda de artículos militares en el centro de Palma, volvió a ser detenido ayer por la Policía Nacional acusado de haber vendido dos armas con capacidad de fuego real. Una de ellas es un subfusil ametrallador que fue localizado en el tejado de una vivienda de la barriada palmesana de La Soledad, en el transcurso de una operación contra el clan de narcotraficantes de El Pablo. La otra es una pistola con la que se suicidó un hombre en Maó.

En Juan P.T. han confluido dos investigaciones distintas realizadas por el Grupo de Atracos y el Grupo de Homicidios de la Policía Nacional de Palma.

Las pesquisas del Grupo de Atracos se remontan a octubre de 2007. Los agentes antidroga de la Policía Nacional realizaron una operación en la calle Teix, en La Soledad, en varias casas vinculadas a miembros del clan de El Pablo. Durante los registros, los agentes detectaron movimientos extraños en la azotea de una casa vecina. Cuando subieron se encontraron un subfusil ametrallador Cetme C2 con una caja de munición. Está considerado un arma de guerra, cuyo uso está terminantemente prohibido por particulares. Se encontraba en perfecto estado de funcionamiento. Los policías no pudieron confirmar su procedencia, aunque estaban convencidos de que había sido abandonado en la azotea por algunos de los miembros del clan de narcos.

El pasado mes de mayo fue detenido Juan P.T. por tenencia ilícita de armas. En su tienda y su domicilio había un centenar de armas de fuego, de la que unas quince estaban en buen estado de uso. En esta operación, se le intervino además diversa documenación, con listados de armas. Entre estos listados figuraba el subfusil intervenido en La Soledad, junto a otros subfusiles de la misma marca inutilizados.

La otra investigación, realizada por el Grupo de Homicidios, comenzó el pasado 26 de diciembre, a raíz del suicidio de un hombre, que apareció dentro de un coche en el aparcamiento del cementerio de Maó. Se había disparado con una pistola Beretta 9 milímetros parabellum. El fallecido no tenía licencia ni armas a su nomre.

Las pesquisas condujeron al antiguo propietario de la pistola, que declaró que se la había vendido inutilizada a Juan P.T. Este hombre fue arrestado ayer por la mañana y tras pasar a disposición judicial, quedó en libertad provisional como imputado. Juan P.T. es propietario de la tienda de artículos militares B-25, en el centro de Palma. Cuando fue arrestado en mayo, declaró que era solo un coleccionista, y negó que traficase con armas.