"Yo tenía mi toalla a menos de un metro de él, pero no noté nada raro, porque no tenía mal aspecto. Y no me percaté de nada hasta que vi que respiraba muy fuerte, muy acelerado, y soltaba una especie de ronquidos. Unos chicos que había al lado le oían y se reían. Me acerqué y vi que tenía la boca llena de espuma. Entonces me di cuenta de que estaba mal". Andrea A.C., una joven vecina de Palma, fue quien el pasado sábado por la tarde dio el aviso de que había un hombre en muy mal estado en la playa de Cala Major. El hombre, un búlgaro de 29 años, falleció el martes en Son Llàtzer, según la autopsia a causa de un fallo multiorgánico vinculado a un golpe de calor. Al parecer, el hombre pasó varias horas inconsciente bajo el sol sin que ninguno de los bañistas que había en el lugar se fijara en él.

Andrea A.C. llegó sobre las cinco de la tarde del pasado sábado a la playa de Cala Major, acompañada por su madre, su abuela y sus dos hijas pequeñas. "Cuando llegamos, él estaba acostado en la arena, sobre una toalla", explica la joven. "Parecía dormir al sol y no llamaba la atención, salvo por el hecho de que llevaba un slip de invierno en lugar de bañador".

Andrea se instaló con su familia a apenas un metro de distancia del hombre. "Yo estaba sentada y le tenía enfrente. Me di cuenta de que movía el estómago de una forma rara al respirar, como muy acelerado, y hacía un ruido de ronquidos. Me acerqué a él y vi que tenía la boca llena de espuma. Le dije a mi madre: este chico está mal".

Según explica la joven, fueron corriendo a pedir ayuda al socorrista de la playa. "Le dije que había un chico que se estaba muriendo, pero él no hizo nada. Ni siquiera le tocó, solo preguntaba si había algún familiar suyo. Luego llamó por el walkie a otro socorrista, que vino con un maletín rojo, pero no llegó a abrirlo. Se empezaron a poner nerviosos porque allí se aglomeró mucha gente que les pedía que hicieran algo. Entonces fueron a buscar una camilla y creo que entonces avisaron al 112".

Los testigos, mientras tanto, taparon al joven con una sombrilla y le limpiaron las fosas nasales, que estaban llenas de arena. Los socorristas se llevaron al hombre inconsciente hasta su caseta, donde fue atendido posteriormente por la dotación de una ambulancia.

El joven, que fue identificado como Vladimir P., de origen búlgaro y 29 años, fue trasladado a Son Llàtzer, donde permaneció tres días en estado crítico. El martes por la noche falleció.

La autopsia que se le practicó atribuyó su muerte a un fracaso multiorgánico, vinculado al parecer a un golpe de calor. El cuerpo del joven presentaba severas quemaduras a causa de la exposición al sol durante varias horas.

La tarde del sábado, una testigo afirmó que había visto al joven llegar a la playa sobre la una de la tarde, tomar un baño y echarse sobre la toalla. Nadie reparó en él durante las horas siguientes, pese a que durante ese tiempo habían pasado numerosas personas por allí.

El hombre había acudido solo a la playa de Cala Major. La tarde del sábado acudieron al lugar dotaciones policiales que intentaron localizar a algún amigo o conocido, pero parece ser que las gestiones fueron vanas.

La Policía Nacional proseguía con las diligencias a través de la embajada búlgara para tratar de contactar con familiares del fallecido.