La captura del buque se produjo la semana pasada, pero la operación se inició varios meses atrás, cuando unas investigaciones de la Guardia Civil contra una red de narcotraficantes desvelaron la posible existencia de una vía de entrada de droga por mar utilizando algún tipo de embarcación de recreo que pasaría desapercibida.

Según informó la Guardia Civil en un comunicado, los dispositivos de vigilancia y control establecidos permitieron identificar a un ciudadano francés que habitualmente navegaba por aguas internacionales y que cambiaba periódicamente el nombre, matrícula y pabellón de la embarcación para dificultar los posibles seguimientos de que pudiera ser objeto por las Fuerzas de Seguridad.

Una vez localizada la embarcación cuando navegaba próxima a la isla de Cabrera y ante las sospechas de que podría estar realizando el transporte de drogas, la Guardia Civil interceptó el buque y lo llevó hasta el puerto de Palma.

Una vez allí, registró el yate y descubrió 66 fardos que contenían dos toneladas de hachís. En el mismo registro se intervino una pistola con 46 cartuchos de munición -del calibre 7.65, blindada-, un ordenador portátil, seis teléfonos móviles, una PDA/GPS, una carta de navegación, pegatinas utilizadas para cambiar el nombre del barco y la numeración de la matrícula.

Asimismo, los agentes intervinieron distintos rótulos tipo pegatina que eran utilizados por el detenido para sustituir de manera sencilla y rápida el nombre de la embarcación y la matrícula.

En el momento de la interceptación el yate llevaba inscrito el nombre de 'L'Alliance', fijado encima de su nombre original, que resulto ser 'Karina'. En la actualidad, los investigadores analizan la documentación intervenida, cartas de navegación y el resto de efectos intervenidos, por lo que no se descartan nuevas detenciones.