La Audiencia de Palma condenó ayer a un hombre a penas que suman seis años de prisión por dos delitos de homicidio en grado de tentativa ya que en abril de 2006 atacó a dos ciudadanos de Santa Ponça con un machete de grandes dimensiones. La condena se sustituye por una medida de seguridad de internamiento en un centro psiquiátrico al considerar que el procesado padece un trastorno psíquico. Además, el tribunal de la sección segunda le prohíbe aproximarse a los perjudicados por un periodo de diez años.

El sospechoso, de 47 años, admitió ayer ante la sala que intentó matar a un comerciante de Calvià tras asestarle seis puñaladas con un machete de más de 25 centímetros de hoja. Luego, atacó a un vecino que salió en defensa de la víctima, a quien le lanzó el arma y le alcanzó en la cabeza. El imputado, asistido por el letrado Carlos Portalo y que inicialmente se enfrentaba a una pena de 20 años de prisión, llegó a un acuerdo con el ministerio fiscal y con el abogado de la acusación particular, Daniel Castro. La fiscal rebajó la petición de condena al apreciar las circunstancias atenuantes de reparación parcial del daño, la grave adicción al alcohol y la alteración psíquica como eximente incompleta.

Los hechos se remontan al pasado 9 de abril de 2006, sobre las ocho y cuarto de la mañana, cuando el encausado acudió a un supermercado ubicado en la calle Ramón de Moncada, en Santa Ponça, donde se encontraba el dueño y su mujer. El hombre pidió al tendero un kilo de tomates y, cuando este se los sirvió, le volvió a solicitar otro kilo más. El comerciante salió del mostrador para buscarlos y, cuando se hallaba de espaldas al sospechoso, le empezó a atacar con un machete y se lo clavó en el costado. Previamente, le dijo a la víctima: "Hoy te ha tocado a ti". El comerciante herido se giró hacia el agresor y este continuó asestándole otras cuatro puñaladas en tórax y abdomen. Su esposa, al percatarse de los hechos, empezó a gritar pidiendo auxilio. Acto seguido, el tendero consiguió salir a la calle y pidió ayuda a su vecino, momento en el que el imputado volvió a propinarle un machetazo por la espalda. El vecino salió en su defensa, le recriminó sus actos y tuvo que defenderse del agresor con un taburete, ya que este le arrojó el machete y le alcanzó en la cabeza. El comerciante, como consecuencia de las puñaladas, sufrió graves heridas y secuelas. Está incapacitado para su trabajo y sufre estrés postraumático. Su abogado demandará al Ib-Salut al no haber controlado al sospechoso, un perturbado peligroso.