Anoche finalizó la segunda fase de la "operación Cerco" que la Policía Nacional ha mantenido sobre Son Banya sin que se registrasen más incidentes como los de la noche del viernes, cuando una quincena de jóvenes del poblado se enfrentaron con cócteles molotov y piedras a los agentes, y ocasionaron grandes daños en un depósito de coches cercano. Las consecuencias de la presión policial se han notado de inmediato: los clanes de narcotraficantes del poblado se han quedado sin clientes.

Fuentes de la Policía explicaron que ayer la afluencia de vehículos que pretendían acceder al poblado ya era mucho menor, en parte por ser domingo y en parte porque muchos ya sabían que no podrían acceder. Cálculos aproximados apuntan a que en un fin de semana normal acudían a Son Banya unos 3.000 coches con compradores de droga, una clientela que la "operación Cerco" ha reducido a la mínima expresión. Los únicos compradores que han logrado pasar este fin de semana eran los más desesperados, que dejaron los coches en las cunetas, a gran distancia del poblado, y se dirigieron hasta allí a pie campo a través.

Los puestos de control de la Policía, instalados en los accesos al poblado, impedían el paso a los conductores que no pudieran justificar su necesidad de entrar en Son Banya. El operativo se mantuvo de forma permanente desde las tres de la tarde del viernes hasta anoche a las diez.

En estos controles ha sido detenido un hombre que tenía una requisitoria. Ayer fue de nuevo interceptado Francisco Tomás, F.C., "El Ico", hijo de Francisca C.P., "La Paca", considerada una de las principales narcotraficantes del poblado. El joven fue multado porque conducía un coche pese a que no tiene carné.