El marido de la empleada asesinada se mostró muy crítico con la actuación de la Policía y manifestó públicamente su convencimiento de que el asesino o asesinos estaban en el círculo cercano de Meisel, y que debía ser un alemán residente en la isla. En una entrevista con DIARIO de MALLORCA un año después del crimen, apuntó a que Meisel había abierto la puerta al asesino, por lo que debía ser amigo suyo. "Y tiene que ser alemán porque Meisel no tenía amigos españoles".