"Te traigo a los perros porque me los van a matar". Con este demoledor argumento se desprendió de sus animales una mujer y los entregó a una entidad de acogida de Manacor a principios de abril. La mujer, que no dejó ningún dato identificativo, no explicó en ningún momento que los canes estaban heridos. Sin embargo, durante una visita al veterinario, se descubrió que uno de ellos tenía alojados 38 perdigones en su cuerpo. Esta semana se produjo otro hecho similar. Pipo, un golden retrevier recibió el martes otro disparo de perdigones cerca de la casa de sus dueños, en las afueras de Inca. El animal sufrió decenas de heridas en todo el cuerpo y perdió un ojo.

"No sabemos quién pudo hacerle esto. Es una salvajada", explica Catalina Pont, responsable de la Fundación Eurodog, que se hizo hecho cargo de los animales de Manacor. "Hace unos meses vino una chica a la finca de la fundación. Traía un perro adulto y dos cachorros", recuerda Pont. La mujer no se identificó y explicó que quería dejar allí a los animales. La explicación fue sencilla y contundente: "Los traigo porque me los van a matar". Los tres perros quedaron así en manos de Eurodog, una entidad que acoge a animales abandonados y trata de encontrar a personas que quieran acogerlos.

El perro adulto guardaba en su interior una desagradable sorpresa de la que su dueña no informó. "Al cabo de dos semanas -explica Pont- fui con los perros al veterinario. Le hicieron radiografías y descubrieron que tenía 38 perdigones alojados en su interior". Los disparos contra el animal habían sido efectuados unos días antes tanto con escopetas de balines como de cartuchos, según se desprende de las pruebas médicas realizadas.

Catalina Pont explica que no puede denunciar los hechos. "No sabemos de dónde han salido los perros. No tenían ningún chip identificativo y la mujer que los trajo sólo dijo que vivía en Manacor", asegura. Eurodog ha intentado conseguir alguna información que sirva para aclarar quién pudo haber cometido "esa salvajada contra un animal indefenso".

El perro tiroteado y los dos cachorros con los que fue abandonado no están solos. Un centenar de animales conviven en el refugio que la Fundación Eurodog tiene en Sant Llorenç, donde se recoge casi a diario a aquellos canes cuyos dueños abandonan a su suerte. Allí, reciben los cuidados básicos de alimentación, higiene y sanidad. Pero no se trata de un destino definitivo.

El pasado martes se produjo un incidente similar en una zona de casas de campo de las afueras de Inca.Una joven se encontraba en el jardín de su domicilio con su perro, Pipo, un ejemplar de Golden retrevier de dos años de edad. El animal se alejó hacia la parte trasera del solar. "Unos cinco minutos después, oí el disparo", explicó la dueña, "y poco después apareció Pipo con la cara y el cuerpo cubierto de sangre". El perro había recibido otra lluvia de perdigones.

La joven dueña llevó de inmediato al animal a un veterinario, pero no pudo evitar que perdiera un ojo. Los perdigones no le alcanzaron órganos vitales, y Pipo se recuperaba de las heridas, aunque los balines quedarán alojados bajo su piel toda la vida.

Al día siguiente presentó una denuncia ante el juzgado de guardia de Inca e informó de lo ocurrido a la Guardia Civil, que inició una investigación para localizar al autor de los disparos.