Un preso de 32 años de edad fue juzgado ayer en la Audiencia Provincial de Palma por agredir a otro recluso y romperle cuatro dientes en el economato del centro penitenciario de la ciudad. El fiscal solicitó por estos hechos una pena de cuatro años de prisión al entender que constituían un delito de lesiones con deformidad. Mientras, la letrada de la defensa pidió la libre absolución para su representado y, alternativamente, una condena de seis meses de cárcel al argumentar que el hombre actuó bajo el síndrome de abstinencia.

Los hechos se remontan a la tarde del 20 de septiembre de 2005 cuando el perjudicado recibió un fuerte golpe en la cabeza por la espalda que le hizo estrellarse contra un botellero. La víctima, que declaró por videoconferencia, manifestó que no hubo una discusión previa y que fue agredido cuando cargaba una máquina. A consecuencia de estos hechos, que al parecer fueron motivados porque el perjudicado no quiso fiarle, el hombre perdió cuatro incisivos superiores.

El recluso encausado dijo que no le propinó ningún puñetazo. Según su versión, ambos habían discutido anteriormente y, tras recibir un empujón, respondió de la misma manera. Debido a este empujón, el otro preso tropezó con unos cartones y se golpeó la cara con la máquina de café del economato, tal y como apuntó el imputado.