Cuba se recupera progresivamente de la resaca del huracán Wilma, que se ensañó con La Habana, aunque miles de personas siguen evacuadas por daños en sus viviendas y gran parte de la ciudad continúa sin luz y sin agua.

Tras volcarse en la evacuación de más de 600.000 personas en todo el país, el Ejército y la Defensa Civil aceleran las tareas de recuperación y de reparto de víveres entre los damnificados.

Las autoridades no han ofrecido aún un balance provisional de daños, aunque han asegurado que no hay víctimas mortales, y han reconocido que sólo en La Habana las inundaciones provocadas por el Wilma dejaron más de 2.000 viviendas afectadas.

Wilma, que azotó la parte occidental de Cuba en la madrugada del lunes, cuando avanzaba por el Golfo de México hacia Florida, quedará durante muchos años en la memoria de los cubanos, en especial de los habaneros, que no recordaban inundaciones como las provocadas por este huracán. Las inundaciones han superado a las de la tormenta del siglo, en 1993, hasta ahora las más graves sufridas en La Habana.

La retirada de las aguas han dejado al descubierto un paisaje desolador en las zonas costeras porque el mar arrastró piedras, palmeras, e incluso vehículos. Se necesitará mucho tiempo y muchos recursos para arreglar los daños , aunque los habaneros se han volcado en la limpieza.