El huracán Wilma causó la muerte de al menos siete personas y gran destrucción, valorada en millones de dólares, en el estado norteamericano de Florida, según informaron ayer medios de prensa estadounidenses.

Miles de casas quedaron dañadas, árboles fueros arrancados y el suministro eléctrico quedó cortado, según informó la cadena CNN. Más de 3,2 millones de hogares y empresas quedaron sin electricidad. En total resultaron afectados más de 6 millones de personas.

El presidente de EEUU, George W. Bush, viajará a Florida mañana jueves para comprobar sobre el terreno los daños causados por el huracán. El presidente "recorrerá las áreas dañadas por el huracán", anunció ayer a la prensa el portavoz de la Casa Blanca, Scott McClellan, sin especificar los lugares concretos que visitará Bush.

"Hay mucha gente sin electricidad y, obviamente, ésa es una prioridad ahora", según el portavoz, quien precisó que el Gobierno federal está trabajando para ayudar a las autoridades de Florida en lo que necesiten. Bush, que ayer fue informado de la situación por el secretario de Seguridad Nacional Michael Chertoff, llegará a Florida tres días después del paso del huracán por Florida.

Las primeras estimaciones apuntan a que los daños causados por Wilma en la península estadounidense podrían superar los 10.000 millones de dólares.

En La Habana, las aguas comienzan a volver lentamente a su cauce tras las graves inundaciones del lunes, que quedarán en la memoria de los habaneros durante muchos años.

Las fuertes marejadas, vientos y lluvias arrastradas por el huracán Wilma a su paso frente a las costas cubanas y la subida de las mareas, en la madrugada del lunes, originaron desbordamientos de la línea de costa de hasta dos kilómetros e inundaciones de metro y medio de altura.

En La Habana, una de las zonas más afectadas, las inundaciones se mantendrán aún durante las próximas horas, pero reducirán su intensidad, según los pronósticos de los meteorólogos. "Disminuyen paulatinamente las inundaciones costeras", dijo el jefe del Centro de Pronósticos del Instituto Meteorológico, José Rubiera.

Avenidas habaneras tan emblemáticas como el Malecón, Paseo, Prado y Quinta, que quedaron totalmente cubiertas por las aguas el lunes, comenzaron a despejarse en las últimas horas con la retirada del mar, aunque tardarán en recobrar la normalidad.

Bomberos y efectivos de la Defensa Civil y del Ejército trabajaron durante todo el día para evacuar a centenares de vecinos aislados en edificios inundados utilizando todos los medios imaginables, desde vehículos anfibios hasta barcas de remos, pasando por colchonetas de agua, y gafas y aletas de buceo.