"Estamos en la misma playa y vamos a tener lluvia y viento fuerte, aunque la parte peor se la va a llevar Cancún, donde están evacuando a todo el mundo. Aquí, si la cosa va muy mal, instalaremos a la gente en los refugios que tenemos preparados en los sótanos". Un empleado de un hotel de la cadena mallorquina Iberostar en la costa de la península del Yucatán explicaba ayer el ambiente de tensa espera que se vivía en las horas previas a la llegada de Wilma. "Ayer y anteayer se marchó bastante gente, pero hubo muchos que no encontraron vuelo. Luego han cerrado el aeropuerto de Cancún, así que tendremos que esperar aquí a que pase el huracán, que es inmenso".

Este empleado contaba que su establecimiento contaba con salas subterráneas, donde instalan el bufet, que está diseñada para soportar vientos huracanados. Si el Wilma golpeaba con fuerza, tenían previsto instalar a los cerca de 1.4000 clientes que permanecían en el establecimiento en estos sótanos, que cuentan con servicios sanitarios y donde han almacenado comida y agua.

En otro hotel, en este caso del Grupo Barceló, explicaban ayer que habían desalojado las habitaciones que dan al mar. "Las habitaciones de primera línea protegerán al resto", comentaba uno de los empleados. "No esperamos tener demasiados problemas, salvo que se nos ha averiado el sistema informático".

Un cliente alojado en este mismo hotel explicaba que el ambiente que se respiraba era normal. "El huracán llegará esta noche, pero por ahora la gente aparenta estar muy tranquilo. El hotel está casi lleno y , que yo sepa, no se ha ido mucha gente", comentaba este turista.

Otro empleado de un hotel de la misma zona comentaba también que habían hecho acopio de alimentos y bebida. "Nosotros no estamos delante del mar. Estamos en el centro de la ciudad, a unas trece calles de distancia", contaba, "por lo que no esperamos que golpee muy fuerte. De hecho, están evacuando a muchas personas de los hoteles de la playa y muchos están viniendo aquí". Esta persona comentaba que en esta época del año no eran muchos los turistas españoles. "La mayoría son de Estados Unidos y de aquí, de México. Ya se empieza a notar la cercanía del huracán. Se nota que están un poco nerviosos".

El ojo del huracán estaba ayer "en expansión", y tenía ayer un diámetro de 700 kilómetros, lo que colocaría a Wilma con una magnitud algo inferior a la que tuvo Gilberto (1988), con un diámetro 900 kilómetros, y mayor al de Katrina (2005), con 600 kilómetros. Las predicciones apuntaban a que, tras azotar la península de Yucatán, el huracán podría virar al noreste en dirección a Florida (EEUU) esquivando territorio cubano o impactar en las provincias occidentales del país.

El gobernador de Quintana Roo, Félix González Canto, hizo un llamamiento urgente a la población para que busquen refugio en los más de 187 albergues en centros escolares, instituciones gubernamentales, iglesias y centros deportivos techados.