"Evaristo era un hombre tranquilo y reservado. Vivía resignado y había dedicado los últimos años a cuidar de una mujer inválida". Los vecinos de sa Pobla intentaban ayer buscar en la memoria la imagen de Evaristo y de la mujer a la que, supuestamente, había matado tras atacarla con una botella. Aunque parecía una contradicción, se escuchaban más comentarios a favor del hombre que estaba detenido por asesinato que de la mujer. "Margarita había tenido una vida difícil. Tenía dos hijos, ambos drogadictos. Uno murió hace poco y el otro parece que está en la cárcel", señaló una vecina de sa Pobla que se situó junto a la cinta que la Guardia Civil había colocado al principio de la calle Molí para que nadie pudiera acercarse al escenario del crimen. La mayoría de coches que circulaban por la calle se detenían al ver al grupo de personas que se concentraba cerca del lugar del crimen. "¿Te acuerdas de Evaristo?, si, el hombre que vivía con Rita, la alemana que iba en silla de ruedas. Dicen que ha matado a su vecina Margarita ´Matahari´ con una botella de cava".

El edificio donde ocurrió este crimen cuenta con planta baja y una altura. En el primer piso hay dos viviendas antiguas, de escasa superficie. En una de ellas vivía Rita, la alemana, que había hecho amistad con Evaristo, un hombre soltero, catalán de nacimiento, que hacía años que vivía en sa Pobla. No existía ninguna relación sentimental entre ambos. Se limitaban a compartir la misma casa. Sin embargo, era habitual ver juntos a Rita y a Evaristo. "Se encargaba de bajarla a la calle, porque ella no podía valerse por si misma porque le habían cortado una pierna. Después la llevaba casi cada día al ambulatorio para que la curaran. Si tuviera que destacar algo de él, es que se trataba de un hombre resignado", señaló uno de los vecinos.

Sin embargo, nadie en sa Pobla conocía que entre los vecinos del número 2 de la calle Molí existía una mala relación. Tampoco es un hecho extraño, porque se trataba de una enemistad por cuestiones económicas.

A Margarita Ros, la mujer asesinada, muchos la recordaban por los problemas que había tenido con sus hijos. Una vecina recordaba que la mujer, cuando era joven, se marchó a vivir a Palma. Allí conoció al padre de sus hijos, con el que se separó años después. Con el tiempo regresó a sa Pobla y se instaló en casa de sus padres, una pareja humilde que toda la vida habían tenido problemas para llegar a final de mes. La madre de Margarita murió hace pocos años y su padre, que ayer también resultó herido al ser agredido por su vecino, enfermó al poco tiempo de quedar viudo. El hombre apenas podía moverse. Una embolia le dejó serias secuelas. Su hija se encargaba de cuidarle y de hacerle la comida, recordó uno de los vecinos, que afirmó que Margarita había iniciado hace poco una relación con un hombre de sa Pobla.

Hijos conflictivos

La vivienda donde se produjo ayer el asesinato había sido anteriormente escenario de otros incidentes que motivaron la intervención de la Policía Local de sa Pobla. Lo protagonizaron los hijos de la mujer asesinada, ambos con problemas de drogadicción, que en alguna ocasión habían discutido con su madre porque no les quería prestar dinero.

La calle Molí quedó acordonada durante todo el día de ayer por la Guardia Civil. Los agentes realizaron por la mañana una amplia inspección ocular del lugar de los hechos. El piso donde apareció muerta la mujer estaba repleto de sangre. Antes de que se encontrara a la mujer muerta en el salón la Policía Local había detenido al supuesto agresor. Evaristo había subido a la terraza y parece ser que se planteó la posibilidad de suicidarse. Los policías lo evitaron. El hombre también estaba herido.